Adiós Excmo. Sr. Presidente del Gobierno

tratamientos

 

Hacíamos referencia ayer a los cambios introducidos por el rey Felipe VI en el ceremonial de la jura o promesa de los nuevos ministros del Gobierno de Mariano Rajoy, y hoy queremos añadir otro factor que también tiene ciertas consecuencias generales en el ámbito del protocolo oficial: el uso de los tratamientos.

Leyendo el post antes aludido (y viendo el video de la ceremonia), se puede observar que el Director de Protocolo de la Casa de Su Majestad, a la hora de llamar a los ministros para que concurran a la mesa de la jura, utiliza la expresión “Sra. Vicepresidenta del Gobierno” o “Sr. Ministro de Asuntos Exteriores o Cooperación” y así con todos y cada uno de los nuevos cargos, prescindiendo del tratamiento de Excelentísimo que les corresponde.

Llevaba tiempo esperando una ceremonia solemne donde tuviera que llamarse a una autoridad públicamente para saber si desde la Jefatura del Estado se iba a mantener los tratamientos de excelentísimos o ilustrísimos a los altos cargos que tradicional o legalmente tienen derecho a ello. En el acto de la jura del Presidente no fue posible observarlo porque no había un llamamiento como tal, pero sí en el caso de los ministros.

Prescindir de la fórmula del excelentísimo es otro positivo cambio en una Casa del Rey que era reacia a prescindir de ella. De hecho hace ya algunos años, tras aprobar el gobierno de Zapatero el “Código del Gobierno del buen Gobierno” por el que se suprimían para los cargos ministeriales y de la Administración central los tratamientos, pregunté en el servicio de protocolo de la Casa de S.M. qué estaban haciendo al respecto. Y la respuesta fue clara y concisa: “Ese código afecta al Gobierno. En la sede de la Jefatura del Estado seguimos respetando los tratamientos de todos”.

El tratamiento, una barrera para los políticos

Este Código al ser suprimido por la Ley de Transparencia del Gobierno con Rajoy, rehabilitaba –sin decirlo expresamente- el uso de los tratamientos, al menos formalmente. Pero tras lo visto ayer queda claro que es voluntad del Gobierno que asume la Jefatura del Estado aunque me imagino que hará sus excepciones donde sea estrictamente necesario por cortesía obligada. El Sr. Presidente ha vuelto, el Excmo. Sr. Presidente se ha retirado. Y dado que los actos como el de La Zarzuela suelen contar con el visto bueno del Gobierno, hemos de concluir que la fórmula contaba con el consenso de todos.

Por esta razón, podemos concluir–con independencia de que pueda volver a utilizarse en situaciones excepcionales justificadas- que es deseo del Gobierno que no se conceda tratamiento más allá de Sr. o Sra. a sus miembros, y es novedoso que la Casa de S.M. respete esa voluntad y se agarre a la necesidad que ya apremiaba de eliminar esa barrera vocal de nuestros gobernantes. Bienvenido Sr. Rajoy. Bienvenida Sra. Ministra. Adiós excelentísimos del pasado.

Que cunda el ejemplo en todos los ámbitos de la vida oficial, porque estos tratamientos, que deben reservarse única y exclusivamente para determinadas solemnidades muy excepcionales y justificadas por algún factor (presencia de una Jefe del Estado extranjero, por ejemplo), ya no tienen sentido en la España del siglo XXI. Además, su uso público aleja a nuestros representantes institucionales de la ciudadanía. Otro pasito más en la necesaria evolución del protocolo oficial, cuya locomotora sigue siendo el propio rey Felipe VI.