“Laicismo” y “civilismo”

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Claro. Ayer fue el día del Corpus y con la novedad de ver a la señora Cospedal, exultante Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, con peineta y mantilla en la procesión del Corpus, se me vinieron a la cabeza muchas cosas. Porque cuando ves algo, es como las redes sociales, se empiezan a asociar unas con otras, aunque a veces sean contradictorias.
Por ejemplo, me llama mucho la atención el cada vez mayor número de eventos oficiales donde hay un “toque” religioso (bendición, invitación al arzobispo u obispo, misa, etc.). Vengo siguiendo con especial interés este tema (no es la primera vez que lo publico) y aparecen situaciones donde los hechos demuestran claramente que los partidarios de la laicidad tienen alguna razón.
Pero hoy no quiero hablar de eso. Quiero en pocas palabras decir que también me llama la atención cómo desde el punto de vista de protocolo estamos fomentando (perdonadme porque creo que esta expresión no existe, pero seguro que se entiende) el “civilismo” de hechos netamente religiosos. El otro día leía cómo el hijo de una famosa era “bautizado” pero solo socialmente, pues para nada recibía el agua bendita sobre su cabeza. Me sigue llamando la atención que cada vez son más los niños que no hacen la primera comunión, pero tienen su fiesta particular… Y las bodas civiles que siguen el formato de las religiosas, por mucho que se retiren crucifijos o casullas.
Los partidarios del laicismo a veces se pasan en sus argumentaciones y pretensiones. Pero los que “civilizan” hechos netamente religiosos también mean fuera del tiesto. ¿Por qué si uno no es católico tiene que buscar alternativas sociales a hechos que forman parte de una religión? No entiendo por qué el estado legisla sobre funerales de Estado basando sus contenidos sobre formatos religiosos. No. El Estado debe crear sus propias ceremonias, lejos del formato religioso. Luego que los familiares entierren a su ser querido como deseen. ¿Por qué las novias tienen que ir de blanco largo al Ayuntamiento?
A veces todo esto suena a cierta farsa social… Unos y otros tenemos mucho que aprender. Y las instituciones tienen que aprender que en Protocolo hay que irse distinguiendo de los formatos religiosos a la hora de ofrecer posibilidades alternativas. Porque misa a parte, cuando voy a una boda municipal no dejo de pensar que prácticamente es lo mismo de la Iglesia. Y sólo me estoy refiriendo a los formatos, no a la legislación.

El niño y el papa

El Protocolo tiene a veces tan mala fama ante la prensa, que los periodistas están ansiasos y a la caza de posibles  escenas que rompan la normalidad que suele aportar un acto bien organizado. Así un tropezón del Rey se convierte en portada o un plantón de Berlusconi en objeto de todo tipo de comentarios en Salvame Deluxe… Estos días los medios se han cebado en el niño brasileño, que probablemente ansioso de “tocar un Papa”, echó a correr en la Audiencia habitual de los miércoles en dirección al trono del representante de Dios en la tierra.

“Un niño cambio el protocolo de la audiencia del Papa”, titular más repetido en medios impresos, digitales y audiovisuales, quienes además recalcan que tal impulso se hizo con la permisividad de los servicios de seguridad a indicación del Secretario del Papa. Benedicto XVI El Papa sonrió al niño, vestido con un jersey de rayas amarillas y negras, y cambió algunas palabras con él antes de bendecirlo, en presencia de las 3.000 personas que estaban en el Auditorio.
Tanto el impulso del niño como la reacción papal arrancó el aplauso de todos. Y desdeluego convirtió en noticia un encuentro que posiblemente no tendría eco alguno en la mayoría de los países. A esto los periodistas le llaman “saltarse el protocolo”. Los expertos diríamos “descuido de la seguridad”, cuando no es programado, o “romper el protocolo de forma prevista” cuando está calculado.
Pero sea lo que sea, estos hechos me hacen pensar que muchas veces romper o saltarse el protocolo deba ser incorporado como una técnica más en nuestro Protocolo, porque cuando sale como el caso del niño humaniza mucho los actos oficiales y los eventos corporativos. Pero tampoco debe ser un constante recurso porque no haría más que cuestionar la esencia del mismo Protocolo. Si para llamar la atención hay que recurrir constantemente a esa técnica algo más estaremos haciendo en nuestras planificaciones.