Protocolo y periodismo
Esta vez quisiera dirigirme a los periodistas que trabajan en la redacción de los medios de comunicación y, por qué no, a las autoridades universitarias para que incluyan en sus carreras de comunicación asignaturas de protocolo que permitan a los futuros “plumillas” que cubran actos institucionales o hagan seguimiento de autoridades entender muchas de las cosas que están ocurriendo. De no ser así seguiremos escuchando o leyendo cosas que no se sujetan a la realidad o culpabilizando de cuestiones impropias a quien no es responsable. Por otro lado es cada vez más crucial que junto a las notas de prensa que una institución o entidad lance cuando se informa de un evento a los medios se incorpore el dossier dónde se expliquen los detalles protocolarios y su sentido o bien al menos se les entregue momentos antes del acto. Siempre he dicho, y como periodista que también soy, que un informador si supiera de protocolo tendría el doble de información que la que está viendo o escuchando. Hay muchos detalles detrás de cada evento que sólo se entenderán si se tiene conocimiento de esta disciplina. Protocolo y periodismo tienen que ir de la mano.
Errores desapercibidos
Nadie puede imaginarse que un periodista deportivo especializado en baloncesto haga crónicas del partido sin conocer las reglas, la federación, los equipos, los jugadores, etc. Ni un periodista económico sin tener las bases mínimas de conocimiento en esa área. Para dar cobertura a un evento institucional hay que tener conocimientos mínimos de protocolo. Ningún periodista se da cuenta que una y otra vez, o muchas veces, el vicepresidente segundo del gobierno, Pablo Iglesias, concede entrevistas poniendo incorrectamente la bandera de España, lo que supone un incumplimiento grave de la ley.
Pablo Iglesias durante una entrevista para Antena 3, con la bandera de España mal colocada.
Como él otros tantos de todos los partidos. Habrían advertido que el crespón que Pablo Casado puso durante la pandemia en su bandera es otro incumplimiento grave de la norma. Observarían que la presidenta de la Comunidad se negó a poner una colgadura del “orgullo”, acogiéndose a una errónea interpretación de la sentencia del Supremo, pero que no va a tener problema alguno en colocar una pancarta en la Puerta del Sol felicitando al Real Madrid si es capaz de ganar la liga o al Atlético de Madrid si alcanza el viejo sueño de ganar la Champions. Verían algunos errores graves en actos convocados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o apreciarían cómo determinados gestos del rey terminan por perjudicar a terceros que pasaban por ahí.
El rey indica a Pedro Sánchez que deje en el medio al primer ministro portugués.
La foto del “sitio”
Empezando por esta última y la de la COPE, Sánchez no se salta el protocolo (expresión que utilizan casi siempre usan de forma incorrecta los periodistas), entre otras cosas porque no había un protocolo establecido para una fotografía no programada. Fue improvisada tal y como nos han confirmado desde la Casa de S.M., La Moncloa y la presidencia de Extremadura. Si a alguien se podía criticar es al propio monarca que al improvisar la foto deseó un protocolo a su manera (que por cierto no era el correcto, pues la disposición que hizo convirtió en número 1 al primer ministro portugués, en el dos al presidente de la República vecina, en el tres al presidente español y en último lugar a él mismo). No hubo fallo y más si se tiene en cuenta que iban por un espacio de La Alcazaba muy estrecho y pararon para la foto tal y cómo llegaron al punto. Por lo tanto Sánchez no se saltó nada. Falso.
El rey ofrece su mano para saludar al presidente y éste lo evita de acuerdo al protocolo Covid de evitar contactos.
La cobra del saludo
Sánchez no negó el saludo al rey a su llegada a Badajoz esta semana. Le saludó por supuesto, pero cumpliendo con las normas de protocolo Covid evitando el contacto físico. La equivocación fue del monarca que obviamente se dio cuenta. Una simple anécdota que los periodistas terminaron por titular “El presidente le hace la cobra al rey”. Falso. Mero lapsus anecdótico de Felipe VI que las redes hicieron viral. Si se hubiese informado correctamente de haber críticas serían para el jefe del Estado. No le hizo la cobra. Actuó como se debe. No negó el saludo al rey. Falso también.
El presidente del gobierno fue ampliamente criticado por escuchar el himno nacional en esa posición.
Cuadrarse ante el himno
Más del mandatario español. Dicen que no se cuadró para escuchar el himno nacional. Decía el Diario Crítico: “Según las reglas de protocolo que deben seguirse a la hora de escuchar los himnos nacionales, la primera de ellas es la de ponerse de pie y dejar los brazos sueltos. Como se aprecia en las imágenes, Sánchez es el único de los cuatro mandatarios que participan en el acto que incumple esta regla. El presidente del Gobierno se agarra las manos a la altura de la cadera y permanece así durante toda la interpretación, quedando en evidencia frente a la postura correcta que adoptan Felipe VI, el presidente de Portugal y su primer ministro”.
El Real Decreto 1560/1997, de 10 de octubre, por el que se regula el Himno Nacional no dice nada de cómo han de actuar las autoridades civiles mientras se interpreta el símbolo español musical. No hay más referencia en toda la norma que la que señala el artículo 4: “La actitud de respeto al himno nacional de los asistentes a los actos en los que sea interpretado se expresará, en el caso del personal uniformado de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas de Seguridad, efectuando el saludo reglamentario”.
Si se apela a la costumbre internacional tampoco hay nada escrito al respecto y cada país tiene sus propias costumbres. En España no hay una costumbre fija al respecto para los civiles, ni tan siquiera se define en qué consiste ese respeto. Que pudiera quedar extraña la imagen viendo a tres mandatorios con los brazos estirados y al presidente español con las manos cogidas sujetando la mascarilla es cierto, pero no está obligado a seguir la posición del resto. El respeto se demuestra por la actitud y no por la posición de los brazo (salvo gestos que claramente visualicen menosprecio). Sánchez no tenía obligación legal de cuadrarse. Luego la información facilitada se acoge a criterios falsos.
Funeral en Madrid
El diario vasco habla de que los reyes presidirán el funeral en Madrid por las víctimas del Covid-19. Incluso otros medios se refieren a un funeral de Estado. Ambas cosas son falsas. Los reyes no pueden presidir en un templo religioso. Preside el cura que ofrece la misa, en este caso el cardenal de Madrid. Los reyes sólo asistirán y ocuparán la posición tradicional que la Iglesia Católica concede a los reyes católicos (como el nuestro, que lleva ese título histórico también) a la derecha del altar (lugar conocido habitualmente como el lado del Evangelio). Tampoco es un funeral de Estado, porque lo convoca la Conferencia Episcopal Española que remitió comunicaciones en tal sentido a las altas autoridades del Estado. En un funeral de Estado es el gobierno quien de acuerdo con la iglesia fija ese acto y es la propia presidencia quien se encarga de hacer las invitaciones oportunas. En una iglesia tampoco puede hablarse de un presidencia civil, porque los obispos son tan civiles como el resto. Falso de nuevo.
Errónea colocación de las banderas en el lado portugués
Sin embargo, ningún periodista advirtió que las banderas en el acto de Elvas (Portugal) no estaban bien colocadas y su disposición no permitió visualizar claramente en qué lado de la frontera estaban, a no ser que quienes lo vieran por televisión conocieran el entorno. Aunque se quisiera hacer un “acto espejo” en ambos lados de la frontera, si la posición de los cuatro mandatarios varió debería haberse hecho lo mismo con las banderas.
Saltarse el protocolo
Así podríamos seguir enumerando errores que todos los días oímos y leemos. Sí todos los días. A los profesionales de protocolo nos hierve la sangre cada vez que se habla de saltarse el protocolo, cuando en la mayoría de los casos eso que interpretan así es precisamente lo que está previsto. Y aunque se saltaran lo establecido tampoco sería romper el protocolo. En esta disciplina hay mucho margen para la espontaneidad y eso cuando se hace bien es aplicar un buen protocolo.
Mayores responsabilidades mutuas
Como todas estas noticias mal contadas o sacadas del verdadero contexto terminan viralizándose por los enemigos de unos y de otros, deberíamos pedir mayor responsabilidad a los periodistas y un esfuerzo a los profesionales de protocolo por tratar de contar mejor lo que sucede para facilitar a los comunicadores la verdadera realidad del evento.
Formación en protocolo para periodistas
Sigo pensando que en las Facultades de Comunicación la asignatura de protocolo debería estar en el plan de estudios, más cuando los eventos son actos creados para facilitar la comunicación en vivo. Un periodista que desconoce el protocolo se pierde medio acto porque deja de enterarse de cuestiones claves. La puesta en escena también da mucho para contar. No debe convertirse el protocolo para los comunicadores en anécdotas divertidas que se prestan mucho a un titular. ¿Era más importante visualizar la apertura de fronteras entre España y Portugal o la anécdota de la cobra? Pues ya se pueden imaginar cuáles fueron los titulares… Esto sí que es “saltarse” el buen periodismo. La Federación de Asociaciones de la Prensa y colegios oficiales de periodistas deberían hacer algo también al respecto.
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