Investidura Biden: ceremonia y protocolo para la esperanza

Investidura de Bidem

Momento de la jura del presidente con la mano izquierda sobre la biblia y la mano derecha alzada.

La ceremonia de investidura del nuevo presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden, y su vicepresidenta, Kamala Harris, no defraudó las expectativas. Las dudas sobre la solemnidad de la misma, se despejaron a los pocos minutos de iniciarse. Ni la sensación de apocalipsis por la grave brecha creada en la sociedad americana, ni la ausencia de ciudadanos de a pie, ni el temor a posibles “trifulcas”, ni la pandemia, frenaron la magistral puesta en escena de un evento que se enmarca en un conjunto de actos que conforman el ya conocido “Día de la democracia” en este país. El principal, la cita del Capitolio, supo respetar la costumbre y la tradición e incorporar una nueva narrativa que si no se ve en conjunto no puede entenderse el significado real de todo.  Hubo protocolo de altura, y aunque se puedan criticar algunas cuestiones como sillas vacías, puestos decididos por cuestiones políticas, etc., no influyó en el resultado. Hubo un protocolo muy especial: el de la palabra y los gestos, ese protocolo que trasciende a lo habitual y va más lejos en una situación muy crítica. Ahí el protocolo supo estar a la altura y demostrar que es algo más que acomodar gentes o establecer un orden de discursos e intervenciones. Hubo equilibrio entre la palabra y los gestos, un ritmo adecuado y mucho sentimiento. Muy humana la ceremonia, lo que convirtió a los protagonistas en piezas de un gran puzzle cuya foto final creo que ha llegado a millones de personas en todo el mundo. ¿Se puede pedir más? Continúe Leyendo…