Gestos para engrandecer y humanizar un evento

Varios han sido los artículos que hemos dedicado en este blog a la importancia de los gestos en los eventos. Cuando están bien concebidos ayudan notablemente a facilitar la comunicación entre el organizador y el público. Este protocolo visual o gestual forma parte de las nuevas técnicas en la organización y aunque ha existido siempre, con las nuevas tecnologías y concepto de lo que son hoy los actos, ha cobrado una importancia excepcional. Es esencial en el llamado protocolo de los cinco sentidos y también de la comunicación en vivo. Es tópico señalar que un gesto vale más que mil palabras y si su apariencia es de naturalidad y espontaneidad el valor se multiplica indefinidamente. Estos gestos a veces se improvisan -con su correspondiente riesgo que puedan ser negativos si no están muy bien pensados- o se contemplan dentro del programa -conocido como “saltarse el protocolo”-. Pero sea de una u otra manera los gestos son esenciales. En el contexto que hablamos nos referimos a todo tipo de gestos, personales, organizativos, previstos, no previstos, etc.
Un buen ejemplo de la importancia de esta política ha sido el reciente homenaje que el madridismo rindió a su ex jugador mítico, Raúl González -ese eterno 7 blanco que contribuyó nada menos que a 16 títulos-. Fútbol y espectáculo deportivo al margen, el homenaje a este jugador no hubiera generado entre sus entusiastas emociones y sentimientos de los que calan y engrandece el evento, al tiempo que lo humaniza y singulariza.
Por ejemplo, Raúl podría haber salido al campo portando la cinta de capitán del conjunto de la capital. Sin embargo, fue Casillas -su actual capitán- quien ante todo el público y medios de comunicación se quitó la cinta y se la puso en el brazo a Raúl. La ovación quedó servida. Además, el hecho mismo de que Casillas fuera quien se lo entregara generó un gesto que ganó una de las principales foto del homenaje. El gesto tenía que verse. No hubiera sido lo mismo que Raúl saliera al campo con la cinta puesta a que el capitán real se la cediera los 45 minutos que jugó del lado local. Si sale con ella parece que la decisión es de la organización, y de esta manera se humanizó más al verse que se trataba de una decisión de capitán a ex capitán. Fue de alguna forma el gesto de los jugadores. Y además, en la foto oficial que se hacen antes de cada partido, Raúl posó al lado de Cristiano Ronaldo, el actual 7, que le cedió igualmente el número mítico. El hecho mismo de que posaran juntos genera una mayor valoración del gesto y el detalle.
 
Pero fue en evento con muchos gestos. La misma presencia inesperada del Rey, que le hizo entrega de un escultura en miniatura de esa Plaza de la Cibeles que en tantas ocasiones el jugador coronó para colocar la bufanda blanca. ¿Qué otro mejor regalo podría dársele? Y además permitirle posar ante los medios. Foto de lujo para que un ídolo junto al Jefe del Estado  En el palco, en segunda fila, tras el Rey y el Presidente del Real Madrid, se sentaban -protocolariamente muy destacados -cosa muy rara de ver en el ámbito deportivo- su esposa e hijos, lo que pudo permitir que tras el saludo  al monarca y otras autoridades, Raúl pudiera hacer algo que gusta de ver y emociona, como el saludo a su familia, que también ha sufrido el olvido madridista en estos últimos tres años. Ocupar esos seis puestos en segunda fila originó algunos quebraderos de cabeza para ubicar otras altas representaciones, pero la lógica lo hacía aconsejable.
El ex 7 salió al campo solo, una vez lo hicieron previamente los 21 jugadores restantes de la contienda y el equipo arbitral, quienes entre todos le hicieron el consabido pasillo de honor, que finalizaba con un gran mostrador donde se depositaban los 16 trofeos antes aludidos. Más gestos. Y otros que por no prolongar innecesariamente esta reflexión omitimos.
Humanizar con gestos que salgan del corazón, espontáneos o programados, engrandece un evento de homenaje como éste. Podría haberse quedado todo en la entrega de un recuerdo del conjunto madridista y el partido, pero el previo conectó a la afición con su ex jugador, y de paso con el propio club (objetivo importante). El acto hizo más grande al homenajeado y permitió ver a un Madrid más allá de grandes figuras. Hemos visto el lado más sencillo y humano. Debemos los profesionales de la organización, el protocolo y los eventos, tomar estas referencias y aplicarlas al nivel de cada acto que tengamos que programar. Probablemente muchos dirán que todo estaba preparado. Es probable, es casi seguro. ¡Y qué más da! Lo importante es lo que se transmite en ese momento y posibilitar imágenes que muchos no olvidarán y que los medios dejarán para la historia en este deporte y en este club.
El protocolo gestual y el visual son claves en la organización de los eventos hoy. Frente a grandes tecnologías, el pequeño detalle humano cobra mucha relevancia, porque es lo que singulariza y da vida a los eventos.