La presidencia en el homenaje al deportado cordobés 3.799

Protocolo homenaje en Córdoba

La vicepresidente primera del gobierno presidió el acto. A su derecha el presidente de la diputación (anfitrión) y a la izquierda el diputado delegado para la Memoria Histórica.

La diputación de Córdoba (España) rindió el pasado viernes un sentido homenaje a Juan Romero Romero, nacido en Torrecampo, Córdoba, el 21 de abril de 1919, deportado a Mauthausen el 5 de agosto de 1941, número de prisionero 3.799 y fallecido en la localidad francesa de Aÿ-Champagne el 3 de octubre de 2020. La corporación provincial, a título póstumo, le otorgó el título de Hijo Predilecto de la provincia y la Medalla de oro, que en su nombre recogió la cónsul general de Francia en Madrid, Marie-Christine Lang. El acto se celebró de manera simultánea en la diputación andaluza y el ayuntamiento de Aÿ-Champagne a través de videoconferencia, donde estuvieron presentes los hijos e hijas del homenajeado, así como sus nietos y descendientes de otros exiliados españoles que viven en el país vecino. Un acto sencillo, lleno de sentimiento, con un exquisito protocolo, muy cuidado, que pudo salvar con dignidad las restricciones del Covid y la imposibilidad de la presencia en la capital cordobesa de los familiares de Romero, uno de los 9.300 españoles que sufrieron la deportación a los campos de concentración nazis, uno de los 1.600 andaluces y uno de los 345 cordobeses que vivieron ese horror. Un justo reconocimiento que, aunque llegue tarde, permite registrar en la historia de esta provincia a una persona que merecía este reconocimiento.

Me consta que no es imputable al servicio de protocolo de la diputación, pero no me ha gustado y es muy criticable que, en un reconocimiento que otorga la provincia, no fuera presidido por el máximo responsable de la entidad. La presidencia de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática de España, Carmen Calvo (Cabra, Córdoba 1957), desvirtuó en gran medida el sentido cordobés del evento. Hubo de esforzarse mucho el servicio de protocolo estableciendo un programa cuidado y medido para que este acto no pareciera un homenaje del gobierno sino de la provincia. No entendemos a veces por qué las altas autoridades no entienden que no siempre hay que cederles el puesto 1. El homenaje era de la provincia, se entrega el título de hijo predilecto, ¿y no lo preside el presidente de la corporación? ¿No hubieran acertado más los responsables de protocolo de la vicepresidenta aceptando la derecha del presidente, Antonio Ruiz? Seguimos sin entender que el protocolo tiene que ponerse al servicio de los objetivos del evento y no de quienes se sumen al mismo, y, especialmente, que la cesión es algo voluntario que no puede venir por vía de la imposición (le llaman ahora sugerencia) y que ha de hacerse sólo cuando el sentido del acto así lo aconseje. Finalmente la vicepresidente ocupó el puesto 1, el presidente el 2 y el diputado para la Memoria Histórica  el 3.

 

El presidente condujo el acto

Para salvar esta situación, se determinó que el presidente de la diputación fuera la autoridad que diera la palabra a cada interviniente y que abriera el acto, dejando a la vicepresidenta que lo cerrara con su discurso. Entre medias tomaron la palabra el diputado para la Memoria Democrática de la diputación, Ramón Hernández, el presidente de Amical de Mauthausen, Enric Garriga, y el periodista Carlos Hernández, autor del documental “La niña que sonríe cada noche a Juan Romero”, que se proyectó en el salón, y al que correspondió hacer la glosa a Juan Romero. Estos dos últimos lo hicieron telemáticamente ante la imposibilidad de acudir a Córdoba por las mencionadas restricciones.

Protocolo homenaje en Córdoba

Silón vacío a la izquierda de la presidencia, bajo la pantalla que dió todo el protagonismo a Juan Romero.

Protocolo homenaje en Córdoba

Detalle del título de Hijo Predilecto y de la Medalla de oro.

El secretario general de la corporación dio lectura al texto del acuerdo plenario y posteriormente los tres miembros de la presidencia se situaron por delante de la mesa presidencial para entregar el título y la medalla (depositados sobre un sillón simbólico vacío, situado a la izquierda de la presidencia). El presidente entregó el título y la vicepresidenta la medalla. Sentada en la primera fila de público estaba la cónsul general en Madrid de Francia, que accedió al escenario y recogió en nombre de la familia Romero las distinciones para posteriormente agradecer en nombre de la familia la distinción.

Protocolo homenaje en Córdoba

Momento de la entrega del título por el presidente de la diputación y de la Medalla de oro por la vicepresidenta del Gobierno.

El protocolo para el resto de asistentes

El puñado de asistentes se ubicaron en el salón conforme al croquis siguiente:

Protocolo homenaje en Córdoba

Las letras corresponden a los miembros de la corporación provincial que asistieron. En la primera fila, en el centro, en una silla roja de terciopelo, se ubicó la cónsul, invitada de honor de este acto. A su derecha las vicepresidentas 1, 2 y 3 de la diputación. A la izquierda de la cónsul se sentaron la delegada del Gobierno en Andalucía, el alcalde de Córdoba y la subdelegada del Gobierno en Córdoba En la segunda fila los vicepresidentes 4 y 5 de la diputación. En la tercera fila los portavoces de la oposición, tal y como establece el Reglamento de Protocolo de esta institución para este tipo de actos. En segunda fila, los asientos numerados fueron ocupados por el delegado del Gobierno de la Junta, la parlamentaria Ana Naranjo de Adelante Andalucía (a quien se invitó por haber promovido la distinción para Juan Romero en la Junta de Andalucía) y las directoras de gabinete y comunicación de la vicepresidenta. Por detrás ya, la delegada territorial de cultura y el comisionado para la concordia, junto a la alcaldesa de Torrecampo, los cónsules honorarios de Francia en Sevilla y Málaga y representantes de las asociaciones de recuperación de memoria histórica de Córdoba y provincia.

Protocolo homenaje en Córdoba

Disposición de los invitados. En la primera fila, en un sillón especial la invitada de honor, la cónsul general de Francia, que recogió los títulos en nombre de la familia Romero.

El lunar negro

En suma, un entrañable acto, bien organizado, que intentó cumplir sus objetivos, pero que deja en nuestra opinión ese “lunar negro” de la vicepresidenta al no tener la sensibilidad de dejar el protagonismo a quien le corresponden en esta ocasión: la diputación de todos los cordobeses y, en su nombre, a su máximo responsable. Hubiese sido más sensato. Al fin y al cabo ¿qué le importaba a la vicepresidente colocarse en el puesto 2 de una presidencia de tres? En protocolo las imposiciones no justificadas terminan por desvirtuar el sentido de un acto oficial  como en este caso tan delicado del homenaje de la provincia de Córdoba al ya ilustre cordobés. Reflexionemos los profesionales al respecto.

Protocolo homenaje en Córdoba

Foto de familia en la diputación antes del acto y después del recibimiento a la vicepresidenta. En la primera fila en el centro la vicepresidenta del Gobierno. A su derecha la delegada del gobierno en Andalucía y la cónsul general de Francia. A su izquierda, el presidente de la diputación y el alcalde de Córdoba. En segunda fila el delegado de la Junta en Córdoba y la subdelegada del gobierno en Córdoba. En tercera fila las vicepresidentas primera y segunda de la diputación y el diputado para la Memoria Histórica.

Ver el vídeo de la ceremonia

Imágenes obtenidas de la web oficial de la diputación.