Protocolo, entre la corbata institucional y la camisa de partido

Placa Ayuntamiento de Benahavís

Los miembros del movimiento “Queremosorganizareventos” (QOE, http://www.facebook.com/groups/332882156742218/permalink/471707462859686/#!/groups/332882156742218/471707462859686/?notif_t=group_comment_reply) no dejan pasar nada. Se ha convertido hoy por hoy en el medio más poderoso para conocer muchas de las cosas que ocurren en el ámbito del Protocolo y en la Organización de actos. Algunas informaciones que recogen son puras anécdotas, fallos estrepitosos, intrusismos, etc.,  pero en otras ocasiones son noticias que sugieren la reflexión, porque esconden más de lo que parece. Y por primera vez en nuestro país se ha logrado que el debate sea permanente, sin tener que esperar a congresos o cafés entre profesionales. Todo a la vista de miles de ojos que con más o menos ruido siguen los acontecimientos y las opiniones.

Nuestra colega andaluza, Eugenia Guerrero, daba  a conocer que en suAyuntamiento de Benahavís -municipio malagueño próximo a Marbella, con unos seis  mil habitantes-, el Alcalde popular, en la inauguración de la Casa Consistorial, había ofrecido descubrir la placa conmemorativa de esta efemérides al senador Javier Arenas. Se pregunta  nuestra compañera si el Presidente de la Junta fue invitado o no, o si había declinado la asistencia, cosa que le hubiera parecido de mal gustado el hecho de que no fuera invitado o -añado yo- que no hubiera asistido o delegado su presencia en caso de ser invitado.

 

Es cierto que aunque este Ayuntamiento fue construido con financiación propia del Consistorio -tres millones de euros- puede inducir a pensar que no hay obligación alguna en invitar al presidente socialista de la Junta de Andalucía, ni a Consejero autonómico alguno, ya que el Gobierno no tu participación económica alguna. La asistencia a los actos de las autoridades institucionales no viene determinada por quien pone o deja de poner, sino por lo que representan, o sencillamente por la valoración objetiva de si deben estar o no.

 

 Cuando se inaugura la “casa de todos los vecinos” la invitación al Presidente o un representante del Gobierno autonómico parece obligada, como lo es, también, invitar al Presidente del Parlamento, al Delegado del Gobierno, al Presidente de la Diputación, a los alcaldes de los municipios colindantes, los diputados por la provincia, representantes y fuerzas vivas vecinales, etc. Esa decisión no debe salir solo de la cortesía protocolaria, sino de la convicción de que estamos en una democracia y la apertura de una Casa Consistorial es tan importante que justifica extender las invitaciones a la altas representaciones, al menos regionales.

 

Es evidente, y lo digo sin conocer todos los detalles, pero huele tanto, que la no presencia del Presidente de la Junta obedece a razones que van más allá del estricto protocolo de las invitaciones. Parece a todas luces que el protocolo partidista se ha impuesto al institucional, para desgracia una vez más de la buena convivencia de este país y del sano juicio de saber distinguir entre militancia y representación institucional.

 

Javier Arenas, vicesecretario general de Política Autonómica y Local del PP, senador por Andalucía y diputado por Almería en el Parlamento andaluz, fue sin duda el invitado de honor del Alcalde, José Antonio Mena -hijo del Alcalde anterior-, al ser el elegido para descubrir la placa que recuerda tan importante acontecimiento local. Nadie puede arrebatar el primer edil el ofrecer tal distinción a quien considere oportuno, pero habría que recordarle que el Ayuntamiento no es cosa suya, de su propiedad, sino de todos los vecinos. En consecuencia debe aplicar un protocolo institucional. El Alcalde aunque milite en el PP, representa a todos los vecinos -de derecha e izquierda-, mientras que el senador y ex presidente del PP andaluz, en estos momentos solo representa al PP y a quienes le han votado. Ese matiz es suficiente para cuestionar que haya sido la persona elegida para descubrir la placa de todos.

 

Creo que el propio Alcalde hubiera sido la idónea para esta acción y no tirar por los suelos y vapulear el buen protocolo institucional, aquél que va por encima de partidismos y personalismos, al tiempo que trata de respetar el buen nombre de la institución y el carácter de servicio público que tiene -para unos y para otros-. Si el primer edil consideraba que debía ceder el honor de la cortina a alguien, debería haber pensado primero en la representación institucional y por lo que hemos investigado la máxima autoridad tras el propio Alcalde era el Presidente de la Diputación, representante institucional de la provincia. Pienso que debería ser el propio Alcalde quien lo hiciera, pero en caso de cortesía, en ausencia al menos de un Consejero andaluz, tal honor hubiera de correr a cargo del llamado “Alcalde de los alcaldes”, el Presidente de la Diputación de Málaga.

 

Que el señor Arenas haya sido invitado nos parece muy correcto, y que ocupe el lugar y el papel que le corresponde como senador y diputado regional también, pero es una interpretación errónea la que hace el Alcalde, al poner su puesto institucional al servicio de la imagen del partido. Desgraciadamente, no es cosa solo de este Alcalde. Son ya muchas las ocasiones en que esto ocurre, tanto en los de izquierda como de derecha. Para ser un cargo institucional, por encima de todo hay que ser un caballero de la política, una persona que sea capaz de distinguir cuándo hay que llevar la corbata de Alcalde o la camisa del partido. Actuaciones como éstas solo hacen que desacreditar una vez el buen protocolo. Otra cosa sería si fuera otro acto en homenaje a tan ilustre personaje de la política española y andaluza.

 

Hechos así solo hacen que demostrar algo terrible en los tiempos que corren, la famosa frase de Jordi Pujol, que fuera presidente catalán, de que el “Protocolo es la plástica del Poder”. Una definición que inmediatamente me lleva a siglos atrás y a tiempos no tan lejanos del franquismo.