El “desvelo” de Michelle Obama

 (Artículo publicado en La Nueva España, el 3 de febrero,  en edición impresa y end igital en área de suscriptor en http://www.lne.es/opinion/2015/02/03/desvelo-michelle-obama/1707778.html)

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En el mundo de la diplomacia nada queda al azar. Todo se piensa y se actúa en consecuencia. Con ocasión de la visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a Arabia Saudí para transmitir personalmente su pésame por el fallecimiento del rey Abdalá, suscitó todo tipo de críticas –y también de alabanzas- el hecho de que su esposa, Michelle, no usara el apropiado velo que debiera cubrir su poblado pelo, como es norma obligatoria para las mujeres que residen en ese país, pero que no afecta a las extranjeras (salvo que un policía te lo pida, pero noparece que esa circunstancia fuera a darse). Unos lo han considerado como un desprecio a los usos de la nación que los acoge y otros han defendido que su decisión es un claro apoyo a favor de la liberación de la mujer en esta parte de la tierra.

Los grandes medios de comunicación nacionales e internacionales se han ocupado de la cuestión y hay opiniones para todos los gustos. Lo cierto es que no ha sido la primera dama americana que prescinde de la abaya y el velo, ni tampoco la primera mujer con responsabilidades de gobierno. Una buena colega que trabaja en protocolo en la corte saudí me ha contado que no se ha dado relevancia interna alguna al hecho (lo ven con normalidad) y que no se ha considerado un desprecio. Lo respetan. De hecho me aseguraba que un país que genera más de 150 millones de tuits al mes, solo se han detectado 1500 sobre esta cuestión, es decir, pura anécdota.

Personalmente aplaudo la decisión de la señora Obama y para nada contraviene un protocolo que no debe responder al tópico de “allá donde fueras haz lo que vieras”. Salvo que fuera un hecho que pudiera generar molestia a los anfitriones o a los ciudadanos –y no fue así- no hay razón alguna para que obligatoriamente la primera dama americana (que siempre deslumbra con sus vestidos) hubiera de utilizar tales prendas. Estoy convencido que fue una decisión meditada y valiente, que probablemente algunos critiquen como “soberbia americana”. Pero al margen de ello, creo que hizo bien y nadie debería ofenderse, ni rasgarse las vestiduras. En Arabia Saudí, y en Riad concretamente, el uso del velo no es obligatorio para mujeres extranjeras no musulmanas, salvo que visites una mezquita o algún lugar sagrado para ellos.

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Tocar a una dama

 

Ha sido, por el contrario, más significativo, por ejemplo, que en una visita para compartir el dolor de la pérdida del líder árabe, Michelle Obama haya lucido un explosivo vestido azul, cuando una ocasión de este tipo hubiera requerido un color quizá más discreto. Y eso en Arabia, China o España. También ha sido relevante y demuestra la escasa importancia que para Arabia tuvo el no uso del velo, el hecho de que el nuevo Rey, Salman bin Abdelaziz, recibiera al matrimonio americano y estrechara la mano a la primera dama de la Casa Blanca, rompiendo con el mito que tenemos los occidentales de que un hombre no puede tocar a una dama en estos países. Así es habitualmente, pero para todo hay excepciones en estas tradiciones singulares, al menos en países no tan radicalizados. Lo que no se considera oportuno es abrazar o besar, pero estrechar la mano en un contexto de relaciones internacionales o de negocios es habitual.

Fue llamativo, también, el hecho de que el matrimonio Obama tuviera que esperar un buen rato –en términos políticos- el regreso del Rey, que tras recibir al mandatario invitado le dejó “plantado” para atender la hora del Asr, el rezo del mediodía. El líder árabe se disculpó, acudió a la oración, y tras la misma regresó al encuentro con los Obama. Tampoco pasa nada por ello, entre otras cosas, porque todas estas cuestiones ya han sido hablados y pactados por los responsables de protocolo previamente. Igualmente es significativo que Michell Obama estuviera en el saludo en Palacio, e incluso también (aunque sentada en lugar algo más discreto) en la reunión de cortesía que ambos, presidente y Rey, mantuvieron en la Real sede. Significativo porque existe  toda una estructura paralela  en la Corte  para mujeres, liderada por la Princesa Nouf bin Abdulaziz (que no compareció en momento alguno) y más aún si Michelle Obama no ocupa un puesto político en el gobierno americano (si lo tienes el tratamiento es como si fueras un hombre, tal y como hemos visto con ocasión de visitas de otras líderes políticas de diferentes países, como la propia Angela Merkel). En fin, que a veces hay más mito que realidad.