¿El “error” del Presidente? y los “agnósticos” del protocolo

Fiesta Nacional 12 de octubre

Vista de la Tribuna Real al paso de un Batallón mixto de alumnos de la Guardia Civil, en la parada militar del 12 de octubre pasado.

No deja de ser sorprendente que los más “agnósticos” del protocolo se agarren ahora a él para “fusilar” mediáticamente al Presidente del Gobierno por el evidente error –sea cual sea la causa que le originó- ocurrido el pasado viernes, día de la Fiesta Nacional, al inicio del saludo habitual que el Rey, en su condición de Jefe del Estado, dispensa a los invitados a la Recepción en Palacio Real que sigue al tradicional desfile militar en el Paseo de la Castellana. Desde el punto de vista técnico la posición que el presidente Sánchez tomó en el popularmente conocido como “besamanos” (en el que besar la mano es lo único que no se hace; se trata de un simple saludo del anfitrión a sus invitados) fue evidentemente inadecuada y deja en entredicho la comunicación puntual entre los servicios de protocolo y el máximo representante del Gobierno. Con independencia de cómo se originó la que terminaría convirtiéndose en una anécdota que airearon los medios y las redes sociales, y que de alguna forma comprometió la imparcialidad de los Reyes, los que a diario nos “sacuden” con las “tonterías” del protocolo, se han apoyado en su validez para dejar en evidencia a veces de forma “cruel” al Jefe del Ejecutivo. En una España permanentemente crispada desde el punto de vista político y social, cualquier error protocolario con amplia visibilidad como éste genera toda una tormenta. Estos mismos “agnósticos” deberían al menos reconocer que efectivamente el protocolo es importante para alcanzar los equilibrios necesarios en estos tiempos y facilitar la convivencia. Los errores en esta cuestión pueden a veces, como en este caso, generar consecuencias que van más allá de la simple anécdota. Continúe Leyendo…

El protocolo de la tribuna de la Puerta del Sol el 2 de mayo

Medallas
El pasado viernes 2 de mayo, se celebró el Día de la Comunidad de Madrid, fecha en la que se recuerda el levantamiento del pueblo madrileño en 1808 contra las tropas francesas que ocupaban la capital, y que marcó el inicio de la guerra de la Independencia española. Con ocasión de este día institucional, festivo en toda la Comunidad, se celebraron varios eventos ya tradicionales, como la colocación de unaofrenda floral en honor a los denominados héroes del 2 de mayo de 1808[1] –que Goya inmortalizaría en su conocido lienzo de los fusilamientos del 3 de mayo lo los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío[2]– en el Cementerio de La Florida[3], una parada militar en la Puerta del Sol con la colocación de una nueva ofrenda floral a los ciudadanos que participaron en la batalla contra los franceses y la entrega de las Medallas de la Comunidad, en la Casa de Correos, sede de la presidencia del Gobierno Regional.
Podrían comentarse muchos aspectos relevantes desde el punto de vista protocolario de todas estas ceremonias, pero vamos a detenernos en uno que nos ha llamado singularmente la atención. Se trata del protocolo seguido para la tribuna del desfile militar frente en la Puerta del Sol y que puede apreciarse en esta imagen:
Tribuna bueba

Parada Militar ante la sede de la Comunidad de Madrid en la Puerta del Sol.

Se aprecia claramente el protocolo de asignación de puestos, nada improvisado como puede deducirse de las etiquetas colocadas sobre la roja moqueta. Dejando al margen a los dos representantes militares que cierran la disposición, observamos que la tribuna está presidida, como corresponde, por el Presidente de la Comunidad. En el puesto 2 (a su derecha), el Ministro de Justicia (suponemos que presente no por la relación que el acto pueda tener con su Ministerio de Justicia, sino en su condición de ex presidente de la Comunidad y ex Alcalde de Madrid, aunque deba de mantenerse a efectos de protocolo el rango superior); y en el puesto 3 (a la izquierda de quien preside), el Presidente de la Asamblea de Madrid (parlamento regional). Hasta ahí todo correcto.
La duda llega ahora. En el puesto 4 (derecha del Ministro) se situó la Alcaldesa de Madrid y en el 5 (izquierda del Presidente de la Asamblea) la Delegada del Gobierno en la Comunidad. No he visto comentarios en las redes sociales, tan propicias a destacar estos “supuestos fallos”. Pero a mí me parece realmente importante la cuestión, porque va más allá de la mera aplicación de la norma.
La normativa vigente
Evidentemente, al tratarse de un acto promovido por la Comunidad de Madrid, es de aplicación el artículo 12 del Real Decreto 2099/83 por el que se establece el orden de precedencias en el Estado (el artículo 10 que tanto confunde a muchos, nunca es aplicable a actos promovidos por la Comunidad de Madrid ni por su ayuntamiento). Dicho artículo establece para la citadas autoridades el siguiente ordenamiento:
–       Presidente de la Comunidad.
–       Ministro de Justicia.
–       Presidente de la Asamblea de Madrid.
–       Delegada del Gobierno en la Comunidad.
–       Alcaldesa de Madrid.
Siendo esto así, y teniendo en cuenta que las cuatro autoridades tienen prestigiosos responsables de protocolo que saben bastante de esto, ¿cómo es posible que finalmente no se haya aplicado la normativa de precedencias? Desconocemos a ciencia cierta si hubo alguna tirantez o no al respecto –hasta donde hemos podido recabar no-, pero tan escrupulosa comop es la Delegada del Gobierno con su puesto nos ha llamado la atención que pose tan feliz en un quinto lugar, desplazada por la Alcaldesa, de menor rango.
Resulta evidente y no puede esgrimirse otra argumentación legal que lo justificara, ni tampoco relativo al tipo de evento, pues al ser Día de la Comunidad es igual de relevante para el Ayuntamiento como para la Delegación, que la ordenación no se ajusta a derecho. Sin embargo, personalmente me ha parecido un acierto y felicito a sus promotores, aunque hay que insistir que obviamente se ha vulnerado el orden establecido por norma (cuestionable la posible vulneración como tal pues para este tipo de actos la propia normativa deja cierta libertad para asignar precedencias por parte del anfitrión, aunque no matice el alcance de ello). Y pensamos que el cambio ha sido para bien.
Comparto la decisión porque creo que es necesario que el Real Decreto 2099/83 contemplara de alguna forma que cuando a un acto oficial celebrado en una Comunidad asista una alta representación del Gobierno (presidente o ministro; habría casos justificados incluso con la presencia de secretarios de Estado), el delegado del Gobierno debería retrasar puestos a favor de otras autoridades locales, especialmente del alcalde del municipio. Esta teoría la hemos defendido siempre y por ello nos ha alegrado esta situación.
Pienso, además, que la imagen que proyecta toma más fuerza y equilibrio de esta manera, pues al contrario se nos hubiera quedado una tribuna en dos partes: lado derecho, la representación del gobierno central; lado izquierdo, la representación madrileña. Sin embargo, con la disposición ejecutada la armonía es ideal. Pienso que esta “transgresión” de la norma no es grave (solo quien realmente entienda de protocolo puede darse cuenta de que la Alcaldesa está por delante de la Delegada, pues ambas están a la misma distancia de quien preside). Pero, insistimos, no todos los delegados del Gobierno aceptarían una solución así, pues por lógica que pudiera parecer la situación, siempre apelarían a su mayor rango frente al alcalde. Abogamos claramente que en una posible revisión de la normativa se contemplara la pérdida al menos de un puesto por el delegado cuando hay presencia de miembros del Gobierno de la Nación.
Puesto para el jefe de la Oposición regional
Pero a propósito del evento, también consideramos otra cuestión sobre el protocolo de esta tribuna. Pensamos que con un único representante de las Fuerzas Armadas hubiera sido suficiente (al que le corresponda en función del Real Decreto913/2002, de 6 de septiembre sobre representación institucional de las FuerzasArmadas, que para Madrid es el General Jefe del Mando Aéreo General, que puede “delegar en otras autoridades militares, le estén o no directamente subordinadas y pertenezcan o no a su mismo Ejército” –art. 4.2). En cambio, echamos en falta a alguien en un acto tan institucional como este. Guste o no parece conveniente que el Jefe de la Oposición de la Comunidad –aunque no exista oficialmente ese título, evidentemente hay que interpretar que a nivel regional debe de hacerse lo mismo que a nivel nacional, considerando como tal al diputado jefe del grupo mayoritario de la oposición en la Asamblea Legislativa-, en este caso el jefe de filas del PSOE madrileño. Propondríamos colocarlo en la tribuna a la derecha de la Alcaldesa de Madrid, para cerrar la misma con el máximo representante institucional militar.
De esta forma, en los objetivos que tienen la celebración de actos tan institucionales conmemorativos de una Día que es de todos los madrileños, hubiera proyectado en su presidencia exterior en la Puerta del Sol, la imagen conjunta de los primeros representantes de todas las instituciones implicadas (nacional, regional y local) y al mismo tiempo las voluntades ideológicas de los madrileños (las de quienes gobiernan y partidos que representan, ocupando el puesto institucional que se les reserva legalmente, y la de quienes aglutinan al resto de los partidos que no gobiernan y que también representan a gran parte de los ciudadanos).
Es necesario que el papel protocolario del jefe de la Oposición en el ámbito autonómico se regule igualmente en el Real Decreto 2099/83, y más allá de intereses partidistas, se incorpore en la ordenación y en puesto relevante entre las autoridades autonómicas, lo mismo que el jefe de la Oposición nacional tiene su lugar. Siguiendo el criterio establecido para el ámbito nacional, entendemos que el jefe de la Oposición autonómica debería situarse tras los consejeros y antes que los miembros de las mesas de las asambleas autonómicas. Y en determinados casos como el que nos ocupa un puesto especial en la presidencia que es el que hemos propuesto. Con ello todos ganan, y en especial la imagen institucional y política tan necesitada de gestos de concordia de este tipo.
Ofrenda floral en el Cementerio de La Florida.

Ofrenda floral en el Cementerio de La Florida.

Cuadro de Goya: "El 3 de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío.

Cuadro de Goya: “El 3 de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío.


[1] El pintor conmemorará los hechos acaecidos en la reyerta del dos de mayo en La carga de los mamelucos, donde un grupo de milicianos franceses a caballo pelean contra el pueblo sublevado en la Puerta del Sol, escenario de varias horas de fiero combate. Muchos de los rebeldes fueron sofocados, arrestados y fusilados en las localidades cercanas a Madrid durante los días siguientes, hecho que representa El tres de mayo de 1808.
[2] El Museo del Prado nombra al lienzo, en su sitio web, como El 3 de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío
[3] En este cementerio se encuentran enterrados, en una fosa común, los cuarenta y tres patriotas madrileños que, tras participar en el Levantamiento del 2 de mayo de 1808, fueron fusilados en la madrugada del día 3 a los pies de la montaña del Príncipe Pío por los soldados del general francés Joaquín Murat.

 

Los “graves errores” protocolarios en el desfile de la Fiesta Nacional

Presidencia de los Príncipes de Asturias en el desfile militar. Foto: Kote Alvarado (Efe). Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2013/10/12/album/1381575549_772213.html#1381575549_772213_1381575893
Se ha venido hablando mucho en esta semana que la ausencia del Rey en el desfile de ls Fiesta Nacional de hoy 12 de octubre en Madrid, conllevaba la modificación de diferentes cuestiones de Protocolo. Una de ellas, la relacionada con los honores. Es decir, que en vez de sonar la versión íntegra del humno nacional (52 segundos), que se reserva entre otros, al Rey, se interpretaría la versión corta que corresponde al Príncipe (27 segundos). Y lo mismo para lo establecido en las salvas de honor. Todo ello legislado a través del Reglamento de Honores Militares.
Si consideramos, como es evidente, la parada militar y desfile un acto de carácter general -según la definición que da el real Decreto 2099/1983-, y aquella es presidida por el Príncipe de Asturias, en representación del Jefe del Estado, de acuerdo a la normativa vigente el himno que se interpretó a la llegada del Heredero, antes de pasar revista a la compañía de honores, debería haber sido la versión completa y no la reducida. El Príncipe está representando oficialmente al Rey, y como dice la normativa, ha de dársele los honores que corresponden al Monarca (como se sabe sólo dos autoridades en España pueden hacerse representar y recibir su representante los honores que corresponden al representado). No se hizo, lo que claramente es en mi opinión un “grave error”, pues en consecuencia el Príncipe presidió, pero no en nombre del Jefe del Estado. La simbología se hace para algo, y en este caso por primera vez en la historia de la democracia se ha celebrado la Fiesta Nacional sin presencia formal o representada del Jefe del Estado.
Aunque el comunicado oficial de La Zarzuela habla de la presidencia de Príncipe y evita en cualquier momento la expresión de “representar” al Rey, la realidad es manifiesta: los actos institucionales del día de la Fiesta Nacional han sido presididos siempre por el Jefe del Estado. Si en esta ocasión no ha sido posible por la convalecencia del Rey, quien lo ha hecho en su nombre adquiere plenamente la conidición de persona o autoridad que lo representa, se diga expresamente o no. Por lo tanto en mi modesta opinión, estamos ante una inadecuada decisión de lo que supone interpretar la función de presidir y representar. Fue un desacierto total no dar honores de Rey a la persona que lo estaba sustituyendo, nada menos que quien está llamado a ser su sucesor.  ¿Tan duro es reconcerle ese papel de asumir por instantes el más alto papel institucional?
Otro error en mi opinión, quizá éste más discutible para quienes defiendan opciones más extremas de centralismo, es no dar una consideración protocolaria mayor a los presidentes autonómicos. Veo correcto que en la tribunal central de honor estén además del Príncipe, los representantes de los poderes del Estado, pero francamente no entiendo por qué no se sitúan también los presidentes autonómicos. De esta manera se hubiera conseguido “escenificar” una fiesta nacional que se extiende a toda España, que transmite mensaje de unión, en vez de confrontación. Verlos a todos juntos, con un tratamiento similar hubiera conseguido una proyección de unidad territorial mayor. Relegarlo a un mero saludo protocolario de los diez presidentes que asistieron, para luego pasar a una segunda tribuna es una torpeza, insisto, en mi opinión.
Resulta lamentable la ausencia de los otros siete presidentes autonómicos (motivos tendrán, políticos o de agenda), pero más lamentable es que a los que asisten se les relegue a una secundaria tribuna con el resto de autoridades, en un segundo plano llamativo (por cierto, erróneamente colocados de acuerdo a la normativa vigente)  En el Día de la Fiesta Nacional para mí tiene más sentido ver en la tribunal a los presidentes de los poderes del estado y a los autonómicos, y no tiene mayor relevancia situar a los ministros del Gobierno, ya representados por su Presidente.
  Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2013/10/12/album/1381575549_772213.html#1381575549_772213_1381576027     Foto: Fernando Alvarado (Efe)
Muy criticable, por otra parte, que los actos centrales de la parada militar y desfile se hayan alejado del público, del ciudadano, de la calle en definitiva. Observar la ceremonia desde la televisión resultó fría y poco emotiva, por mucho que este tipo de actos resulten siempre solemnes, bonitos y relevantes. Pero no se ha conseguido lo pretendido. Falta el ciudadano, falta el calor de la calle y veo este acto alejado, distante. Creo sencillamente que esta visión de celebración ha entrado en la agonía, cuestión ésta que nada tiene que ver con la presencia o no del Rey y demás miembros de la Familia Real, sino con la esencia del acto en sí mismo. Los medios se han detenido en el papel de Real Familia, pero para mí lo importante ha sido la frialdad de un acto que no conecta, salvo para quienes piensan que hacer España es cuestión de exhibir la fuerza militar o celebrar el día como lo hacían dictadores del pasado. Este evento requiere actualizarse, y sueño algún día con otro tipo de actividades que combinan las oficiales con las ciudadanas, con un Rey, Príncipe, gobierno, autoridades, mezclándose con la gente, celebrando como la gente hace las fiestas.
Veía por otro lado, cómo los zaragozanos y aragones en general celebraban con júbilo y devoción la fiesta de su Patrona, y más me recordaba la Fiesta Nacional el día del Pilar, que lo que veíamos en la Plaza de Neptuno e inmediaciones. Deberían los altos responsables del Estado y sus servicios de protocolo abrir una severa reflexión al respecto. Lo necesita la unidad de este país.
Y cierro solamente recordando que si el Príncipe estaba representando al Rey en la Recepción en Palacio, don Felipe debería ir situado por delante de su madre, la Reina, y abrir el besamanos. Algo a lo que no estamos acostumbrados, pero es evidente que en ausencia del Jefe del Estado, quien debe representarle institucionalmente es el Heredero, que en consecuencia toma por instantes los honores de aquél. Por lo tanto, debe recibir él y su esposa, seguidos por la Reina y la Infanta. Esa es la  solución protocolaria idónea y en línea con la normativa (siempre interpretable). Otra cosa es que la prudencia o la falta de costumbre en nuestro país haya podido hacer pensar que hay determinados cambios que aún no se pueden visualizar. Es una lástima que haya tanta resistencia a que se le vaya encomendando en casa al Heredero las máximas funciones representativas cuando nadie se las va a discutir. Al menos en un caso tan claro en el que evidentemente el Rey no está para fiestas, ni para actos oficiales.
 Tras el saludo el Príncipe de sirige en Palacio Real a los presentes. Como observamos la Reina ocupa el puesto uno de esta presidencia. Fuente: http://www.abc.es/espana/20131012/abci-alminuto-desfile-fiesta-nacional-201310121001.html.
Autor: Esteban Villarejo.
Seguiremos soñando que algún día la Fiesta Nacional llegue a todos los rincones de España a través de la espontánea participación de los españoles, empujados por el verdadero nacionalismo, que no es otro que el defender los valores, historia, presente y futuro de tu país. Nada incompatible con celebrar con el mismo entusiasmo y orgullo el día de tu comunidad. Y orgullosos estaremos de que efectivamente todo el mundo se sienta ciudadano de España, de su región o comunidad, de su municipio o de su pueblecito. Pero todos más o menos saben celebrarlo, salvo a nivel de Estado que seguimos “erre que erre” con la misma cantinela de desfile (absurdo en estos tiempos).
Lo dicho, seguiremos soñando.
Y por supuesto, al margen de estos comentarios, felicitar a los responsables de protocolo y su equipo porque una vez más el evento técnicamente ha sido bien organizado y ejecutado.