“Luto” europeo, protocolo de sensibilidad

El pasado 11 de enero falleció el presidente del Parlamentito Europeo, David Sassoli, a los 65 años y a pocos días de acabar su mandato. El periodista y político italiano es el primer alto mandatario europeo que fallece mientras ejercía el cargo, lo que a efectos de protocolo en estas situaciones complica la cuestión un poco no solo por la falta de normativa europea sobre el luto, sino por la inexistencia de antecedentes que puedan contribuir a ejecutar el luto a nivel europeo y, especialmente, en los países miembros de esta entidad supranacional.

Banderas media asta en las instituciones europeas por el fallecimiento del presidente del parlamento europeo.

Banderas media asta en las instituciones europeas por el fallecimiento del presidente del parlamento europeo.

No ha habido ninguna resolución de las instituciones europeas sobre el tipo de luto oficial que hay que seguir, más allá de la decisión tomada de poner a media asta las banderas de la UE en las instituciones comunitarias. Ya hemos comentado en artículos anteriores que la UE, en consenso con los países miembros, deberían regular el uso de la bandera de las 12 estrellas en los países miembros, pero parece que eso será difícil de resolver al menos a corto plazo porque la UE ahora mismo carece de competencias para regular el uso de su bandera en los países miembros, más allá de su recomendación de que ondee el día 9 de mayo (Día de Europa o el 25 de marzo en recuerdo de la firma del tratado de Roma, por el que se creaba la Comunidad Europea del Carbón y del Acero). Continúe Leyendo…

Jorge Miganjos, director de Protocolo de la Presidencia

El Consejo de Ministros celebrado en el día de ayer ha aprobado el nombramiento de Jorge Mijangos Blanco como director del Departamento de Protocolo de la Presidencia del Gobierno (que tiene asumidas las funciones de la Jefatura de Protocolo del Estado) y cuya decisión aparece reflejada en el Boletín Oficial del Estado de hoy. Sustituye al coronel Andrés Costilludo Gómez que hasta ayer mismo ocupó dicho cargo desde 2014 (también hoy se publica en BOE su cese con agradecimiento por los servicios prestados). Con este nombramiento la Presidencia recupera el perfil de diplomático para el puesto. Desde este blog deseamos el mejor de los éxitos para el nuevo responsable que cuenta con experiencia suficiente y siempre ha sido sensible y próximo a la profesión de protocolo. Aunque ya lo he hecho de forma personal cuando me llamó el pasado martes para informarme quiero agradecer públicamente a Andrés Costilludo los servicios a favor de la profesión que ha venido realizando en todo momento y, especialmente, su cercanía y apoyo general a los profesionales. Veintisiete años en este departamento y con cinco presidentes a la espalda, habla ya de su valía. En breve conoceremos su nuevo destino profesional aunque como él mismo ha dicho, “lo que más preciso ahora son de unas vacaciones porque ha sido una fase muy intensa y agotadora”. Merecidas las tiene. Se va sin haber podido conseguir su gran deseo: la actualización del Real Decreto 2099/83 por el que se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado. Un tema necesario de abordar y del que esperamos que el nuevo director tenga la oportunidad de afrontar, aunque los tiempos políticos que vivimos no lo pone fácil.

Protocolo Presidencia del Gobierno

Jorge Miganjos, diplomático burgalés, se convierte en el máximo responsable de protocolo del Estado.

Protocolo Presidencia del Gobierno

Andrés Costilludo junto al Presidente Mariano Rajoy el Preside de Estados Unidos, Barak Obama, en el transcurso de una visita oficial de éste a España, en julio de 2016.

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Premio Europeo Carlos V: protocolo de sensibilidades

Premio Europeo Carlos V

Entrega del Premio Europeo Carlos V 2018 al Presidente del Parlamento Europeo.

Premio Europeo Carlos V. El pasado miércoles, 9 de mayo, Día de Europa, el Real Monasterio extremeño de Yuste (situado en el municipio Cuacos de Yuste, Cáceres), recinto histórico en el que pasó sus últimos días de vida el Emperador Carlos V y Rey Carlos I de España, albergó, bajo la presidencia del rey Felipe VI la entrega de su decimo segunda edición que recayó en el presidente del Parlamento Europeo, el italiano Antonio Tajani. Un acto celebrado en la iglesia del Monasterio, con la asistencia de 300 personas, que llenaron el dificultoso recinto para este tipo de eventos, y que generó en diferentes fases emoción por las palabras y los gestos de sus protagonistas. Una ceremonia compleja de organizar y de ejecutar, no sólo por el espacio, el respeto a un bien declarado Patrimonio Europeo (regentado desde 2013 por la Orden de San Pablo Primer Eremita, orden paulina), sino por las diferentes sensibilidades que se entrecruzan y que obviamente obligaron a un minucioso y detallista protocolo, que en esta ocasión contribuyó con éxito a sus objetivos.

Este evento acredita una vez más la fortaleza que tiene un buen protocolo para lograr comunicar bien lo que se pretende y en este caso, además, por consolidar el acto de Yuste como la gran referencia de España en su vocación europeista. Además, tras la fusión entre la Fundación Academia Europea de Yuste y la Fundación Centro Extremeño de Estudios y Cooperación Iberoamericana, iniciaba este año una nueva andadura que ha de poner en valor no sólo la apuesta europeísta, sino el papel clave de España en las relaciones entre Europa e Iberoamérica.

Una comunidad autónoma con vocación universal, un país que apuesta por la Unión Europea y dos grandes regiones geográficas que buscan el abrazo permanente (Europa e Iberoamérica), un Jefe de Estado que va tejiendo hitos de referencia internacional en cada comunidad autónoma, son algunos de los factores que hubo que tener en cuenta para configurar un acto que contemple todo este trasfondo. Yuste ha conseguido consolidarse como la gran referencia europea de España ante el mundo y la puesta en escena de este Premio, al menos en sus tres últimas ediciones, tiene mucho que ver con ello. Se trata de un galardón que desea distinguir a personas, organizaciones o proyectos que han contribuido al conocimiento general y engrandecimiento de los valores culturales, sociales, científicos e históricos de Europa.

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Desacertada ceremonia de conmemoración del 60 aniversario de la UE

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La han llamado oficialmente cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros con ocasión del 60 aniversario de la Unión Europea. Celebrada ayer en Roma, los líderes de los 27 países miembros de la UE presentes (no asistió la que debiera ser la 28, la Primera Ministra del Reino Unido, país que iniciará su salida de esta organización), firmaron una declaración en la que se todos se “comprometen a trabajar por una Europa segura y protegida, que genere crecimiento y empleo y promueva el progreso económico y social y tenga más peso en la escena mundial”, según recoge la web oficial de la Presidencia del Gobierno español. La Sala de los Horacios y Curacios del Palacio Dei Conservatori, en el Campidoglio, sede del ayuntamiento romano, fue el escenario elegido, reviviendo así el 25 de marzo de 1957 la firma de los tratados de Roma por parte de Alemania Federal, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos, que dieron origen a la Unión. En virtud a esos tratados se creaban la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad de la Energía Atómica (EURATOM). Fue una ceremonia con un correcto protocolo como suele ser habitual en el ámbito comunitario, pero carente de la solemnidad que una fecha así hubiera requerido en unos momentos muy críticos para esta institución supranacional. Ver resumen de la ceremonia en: https://tvnewsroom.consilium.europa.eu/event/60th-anniversary-of-the-rome-treaties-169ae/60th-anniversary-of-the-rome-treaties-highlights-16b88  Continúe Leyendo…

La bandera de Europa no siempre es la última

Los profesionales y estudiosos del protocolo tendemos enseguida a convertir en norma intocable algo que se hace habitualmente por falta de normativa. Incluso olvidamos que el protocolo en más vivo y flexible de lo que su propio nombre indica. El último grito en el cielo ha sido el orden de las banderas dispuestas para el acto de inauguración de la Cumbre Ministerial UE/Vecindad Sur (más conocida como Cumbre Euromediterránea) que reunió en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, a ministros y embajadores de 36 países y de la Unión Europea. A estos efectos es importante señalar que la misma estaba organizada por España, la Comisión Europea y Letonia (como país que ostenta la presidencia semestral de la UE).

La imagen de la polémica es esta:

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Protocolo y eficacia gráfica

 Rueda de prensa tras el Consejo de Ministros del Gobierno de España el día 7 de marzo, víspera del Día Internacional de la Mujer. Foto: pool La Moncloa.

Rueda de prensa tras el Consejo de Ministros del Gobierno de España el día 7 de marzo, víspera del Día Internacional de la Mujer. Foto: pool La Moncloa.

Observando esta foto uno se queda pensando si realmente tiene sentido que tras un Consejo de Ministros del Gobierno de España, la Vicepresidenta del Gobierno, Ministra de la Presidencia y Portavoz del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, acompañada de los ministros de Defensa, Pedro Morenés, y de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, concurran ante los medios de comunicación, en la Sala de Prensa de La Moncloa, con las banderas de España y Europa.
Ambas están correctamente ordenadas, pero resulta evidente desde la posición del observador que la enseña comunitaria destaca demasiado frente a la nacional que queda semitapada por el Ministro. ¿No sería mejor poner la bandera de España al lado derecho de la presidencia (más o menos donde se aprecia la bandera de Europa en la imagen) y la de la UE a la izquierda de la presidencia, o sencillamente prescindir de ella?
No es baladí lo que planteamos porque cualquiera que observe la imagen podría entender fácilmente que estamos ante un acto relacionado con Europa, cuando sencillamente es una rueda de prensa en la que se informa de los acuerdos del Consejo de Ministros del Gobierno de España. El titular de Defensa ha sido invitado por el acuerdo gubernativo de renovar la autorización para el despliegue temporal en la Base Aérea de Morón de la Frontera de una fuerza del ejército de los Estados Unidos de América. Nada que ver con la política de la Unión Europea. La Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad comparece para informar de la aprobación del Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades 2014-2016, que responde al compromiso del Gobierno con la igualdad entre mujeres y hombres y para el que se destina una dotación de 3.127 millones de euros, el mayor presupuesto de cuantos planes de igualdad se han presentado en España.
Como puede verse nada que tenga que ver directamente con Europa. ¿Para qué la bandera comunitaria y dispuesta de tal manera que visualmente queda más relevante? Pienso que el Protocolo no consiste en ordenar solamente, sino en buscar las soluciones legales oportunas en línea con lo que se pretende comunicar. Por ejemplo, en este caso, debería valorarse si estratégicamente es conveniente o no poner el vexilo europeo, ya que no hay norma alguna que obligue a ello (la Unión Europea da libertad a los estados miembros para colocarla o no en el territorio de cada país miembro y en el orden que estimen oportuno).
En fin, solo es un ejemplo para demostrar que el Protocolo oficial es algo más que aplicaciones miméticas. Está para ponerse al servicio de loque se pretende comunicar. Uno llega a la conclusión que la cesión de la base y el Plan de Igualdad es cosa de Europa y no de nuestro gobierno. Eficacia gráfica perdida.

Bandera a la “carta”

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IUComo no es la primera vez que sucede, creo que es bueno hacer algún comentario al respecto. Tampoco es la primera vez que desde diferentes ámbitos de la profesión se viene comentando el incumplimiento de la Ley de Bandera de España en diferentes instituciones oficiales, entidades privadas y otros estamentos. Y no es cosa de izquierdas o de derechas, de nacionalistas o españolistas, de empresas fuertes o no tan poderosas. Se sucede con más frecuencia de lo que es habitual, lo que me lleva a pensar que realmente no estamos ante un fallo sino ante una estrategia forzada probablemente por la necesidad de encuadrar una determinada foto de cara a los medios de comunicación. Hemos recogido estas imágenes del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy en la sede de la Presidencia (durante una entrevista que emitió Televisión,  de la portavoz del Partido Socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, y al coordinador de Izquierda Unida, Cayo Lara,  compareciendo ante los periodistas en una de las Salas de Prensa de esta alta institución del Estado.

He estado buscando la foto, pero no la he encontrado, pero hace apenas unas semanas veía por el telediario otra imagen similar con el portavoz del Partido Popular en el Congreso, Alfonso Alonso, con idéntica colocación de las banderas. Ya en su momento, la que fuera Vicepresidenta del Gobierno, María Teresa de la Vega, en sus tradicionales comparecencias de los viernes tras el Consejo de Ministros, en calidad de Portavoz del Gobierno, acudía a la Sala de Prensa del Congreso, con una disposición igual de las enseñas, lo que valió una severa crítica por parte de algunos medios, como el diario ABC:
VicepresidentaViceY podríamos decir lo mismo del anterior presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, también en La Moncloa:
11-foto2Por si acaso alguno desconoce la normativa al respecto, la Ley 39/1981, de 28 de octubre, por la que se regula el uso de la bandera de España y el de otras banderas y enseñas, en su artículo 6, dice lo siguiente:

1. Cuando se utilice la bandera de España ocupará siempre lugar destacado, visible y de honor.
2. Si junto a ella se utilizan otras banderas, la bandera de España ocupará lugar preeminente y de máximo honor y las restantes no podrán tener mayor tamaño. Se entenderá como lugar preeminente y de máximo honor:
a.        Cuando el número de banderas que ondeen juntas sea impar, la posición central.
b.        Si el número de banderas que ondeen juntas es par, de las dos posiciones que ocupan el centro, la de la derecha de la presidencia si la hubiere o la izquierda del observador.
Por si acaso alguno quiere apelar a ello, es cierto que el artículo 7 señala que “cuando la bandera de España deba ondear junto a la de otros Estados o naciones lo hará de acuerdo con las normas y usos internacionales que rigen esta materia en las relaciones entre Estados, así como son las disposiciones y reglamentos internos de las organizaciones intergubernamentales y las conferencias internacionales”. Pero es evidente que este artículo no es de aplicación para este caso, pues ni Europa es una nación, ni el acto está promovido por la Unión Europea o cualquiera de sus instituciones.
Es obvio que en función  a esta norma aprobada por el Congreso de los Diputados en el año 1981, si se colocan las banderas de España y Europa, la nacional debe ocupar un lugar de honor y visible y situarse a la derecha, es decir, a la izquierda si se mira de frente. Es curioso que una norma tan sencilla se haya vulnerado de forma tan sistemática en nuestro país. ¿Se hace por desconocimiento? Uno a estas alturas comienza a pensar que no, porque de lo contrario habría que cuestionarse ciertas profesionalidades, porque precisamente esto de las banderas, es la primera lección que se da en cualquier “cursillito” de protocolo. Y pienso que quienes toman la decisión de colocar las banderas así no desconocen la norma (me imagino).
La sana intención de que el compareciente ante los medios quiera salir junto a la bandera de España es lícita, pero no por ello debe vulnerar la norma, porque precisamente los políticos deben ser los primeros que cumplan con la misma. Probablemente, el “Uso Francés” como vengo a denominar esta situación, esté influyendo para mal en nuestros representantes. El Jefe del Estado francés, el actual y los anteriores, en sus comparecencias colocan la bandera de Francia a la izquierda frente a la Europea, para conseguir el efecto de que su Presidente quede junto a la francesa y no quede la de Europa más resaltada. Para ello, han recurrido a un mecanismo loable que es mantener la francesa unos centímetros adelantada con respecto a la comunitaria. De esta forma, al no estar en la misma línea, la más adelantada cobra precedencia, tal y como se puede apreciar en esta imagen:
Sarkozy

Esta intención por situar la bandera nacional en el caso de España junto al que posa ante los medios, puede resolverse sin vulnerar la Ley. Basta con seguir el ejemplo francés, o bien por prescindir de la Europea (no sé por qué tanta obsesión por ella) o sencillamente por ponerlas separadamente una a cada lado. Probablemente gusten menos estas opciones, pero la ley está para cumplirla, y si la fórmula de la Ley de 1981 no responde a las necesidades mediáticas que buscan los políticos tienen la facultad de llevar una modificación a la norma al Congreso. Si se incumple, caemos en la coherencia de exigir a vascos y a Catalanes que cumplan la Ley de la Bandera de España, que ondee junto a ellas en posición preferente, que haya habido fallos judiciales al respecto, y luego desde las primeras instituciones ocurre lo que ocurre. Y en ambos casos se infringe la Ley.

De no cumplir la norma estaremos desacreditados para denunciar situaciones como esta del Presidente Catalán, que habitualmente comparece con la bandera catalana, ignorando la obligatoriedad de situarla junto a la española y en segundo lugar (artículo 4: “En las Comunidades Autónomas, cuyos Estatutos reconozcan una bandera propia, ésta se utilizará juntamente con la bandera de España en todos los edificios públicos civiles del ámbito territorial de aquélla, en los términos de lo dispuesto en el artículo 6 de la presente Ley”; y el artículo 5 dice lo mismo para diputaciones y ayuntamientos):

Es hora ya de que los responsables de protocolo hagan valer el cumplimiento de la norma y que los políticos y autoridades respeten la misma (o que cambian la Ley). Situaciones como estas desacreditan al Estado Constitucional y le quita argumentos cundo es necesario defender la presencia de la enseña nacional en los actos oficiales que convoquen cualquiera de las instituciones españolas tanto en el interior como en el exterior del país.

Claro está que cualquier cosa menos lo que nos traslada esta imagen de una rueda de prensa del Presidente Vasco con el entonces vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves. Algo que no trascendió mucho, pero que obviamente resulta de una gravedad extraordinaria, pues esa disposición viene a transmitir el mensaje claro de que España y Euskadi son dos naciones de igual a igual unidas por Europa. No creo que haya sido un fallo de Protocolo.
Chaves y Patxi

Puestos a hablar de incumplimientos, deberíamos referirnos igualmente a esa otra circunstancia que tristemente en los duelos se produce: colocar el crespón o lazo negro prendido a la bandera. Algo que por tradición no debe hacerse, ya que la bandera es la que es y nada que esté contemplado en las diferentes normas que la regulen puede colocarse. El artículo 8 habla de la prohibición de colocar cualquier símbolo y aunque se refiere fundamentalmente a partidos políticos, asociaciones o entidades privadas, hemos de entender por extensión que la colocación sobre la enseña de cualquier otro símbolo debe estar prohibida, porque de lo contrario empezaremos a ver (perdón, ya lo vemos) cosidos a la bandera lazos rosas, azules, blancos, quijotes, toros, etc. El crespón, que debe reservarse en el luto solo para la bandera de interior (el luto en las exteriores se hace únicamente poniéndola a media asta, cosa que también se hace habitualmente mal en muchas instituciones de primer nivel), se coloca en la parte superior del mástil, pero sin engancharse a la bandera. Deberíamos evitar situaciones como estas:

Bandera Luto 0Bandera lutoO incluso cuando el mismo Rey de España compareció ante la Televisión tras el trágico atentado del 11-M:
Rey crespònEn fin, que las normas y las tradiciones que terminan por elevarse casi a rango de norma, están para cumplirse. Sabemos que hay situaciones en que el factor mediático hace necesario la visualización de determinados símbolos o mensajes, pero hay otras maneras de conseguir los mismos fines sin que desde las más altas instancias se trate a la bandera de esta forma.