¿Hasta dónde llegan los límites de los servicios de Protocolo frente a los de Comunicación a la hora de organizar un evento corporativo o un acto oficial? O viceversa. Hace unos días mantenía una conversación al respecto con un alto responsable de Protocolo de nuestro país donde me trasladaba esa reflexión. Hay decisiones que pueden corresponder a Protocolo, pero que tienen una enorme trascendencia en la política comunicacional de la entidad, hasta el punto de que a veces la aplicación de las normas o las costumbres resulta ineficaz o imposible de ejecutar porque perjudica notoriamente la imagen pretendida. Eso ha derivado en la mayoría de las ocasiones en una ya habitual flexibilización (¿relejación?) de la aplicación de la normativa (al menos en los eventos oficiales) en aras de una mayor proyección de la entidad. Y que el Protocolo sea sólo fruto de interés comunicativo tampoco debe ser la máxima, aunque hay que reconocer su importancia, especialmente en las instituciones oficiales sujetas a cumplimiento de normas. Continúe Leyendo…
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Presidencia académica para un acto universitario: el caso de Salamanca
Momento en el que la madrina impone el anillo de doctor a Víctor García de la Concha.
Los Reyes de España siguen marcando su propio sello personal en el protocolo que siguen en sus actividades públicas, tanto en las que promueven directamente su Casa como en aquellos a los que acude en calidad de invitado. Una cuestión ésta que para mí es relevante, porque como ya escribiera en su momento, de la lectura que se haga de su protocolo se trasluce claramente el estilo de Jefatura de Estado que desea nuestro monarca. Esta impronta demuestra a todas luces cómo efectivamente se puede evolucionar en el ámbito del protocolo oficial, aún cuando muchos piensen que a estos niveles los Reyes son rehenes del ceremonial de Palacio y de Estado. La cuestión va más allá del simple sello o gusto singular. Supone una clara apuesta por adaptar a los tiempos actuales la escenificación pública de los actos de nuestro Rey y de su consorte, la Reina. Algo que enlaza con el compromiso de cercanía a la sociedad española y de sensibilidad hacia todos los sectores que la componen. Todo ello enmarcado en el respeto a tradiciones y normativas, pero abierto siempre a introducir las necesarias novedades que exigen los tiempos y las circunstancias que vivimos. Un Rey de nuestro tiempo. Eso exige, obviamente, un buen protocolo. Y lo hay, ciertamente que se está haciendo.
Dos buenos ejemplos de esta reflexión, y que motivan este escrito y el próximo, han sido la presencia del rey Felipe VI y la reina Letizia Ortiz, en el acto de investidura como doctores Honoris Causa por la Universidad de Salamanca de Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, ex director de la Real Academia Española y Caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro, y de José Ramón Narro Robles, secretario de Salud de México y ex rector de la Universidad Autónoma de México, celebrado el pasado día 4 de abril, y la recepción/cena ofrecida al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Souza, que tuvo lugar en Palacio Real de Madrid, el 17 de marzo pasado. De este último evento nos haremos eco en el siguiente artículo o post. Continúe Leyendo…
La Moncloa sigue dando ejemplo: luto nacional sin pena
Ayer, lunes día 2 de noviembre, fue día de Luto Nacional en España. Así lo declaró el Gobierno de la Nación y así se publicó en el Boletín Oficial del Estado en el Real Decreto 1001/2015, de 1 de noviembre, por el que se declara luto oficial con motivo del fallecimiento en accidente de tres militares destinados en el 802 escuadrón del Ejército del Aire con base en Gando, Canarias. Textualmente decía el Real Decreto:
La bandera de Europa no siempre es la última
Los profesionales y estudiosos del protocolo tendemos enseguida a convertir en norma intocable algo que se hace habitualmente por falta de normativa. Incluso olvidamos que el protocolo en más vivo y flexible de lo que su propio nombre indica. El último grito en el cielo ha sido el orden de las banderas dispuestas para el acto de inauguración de la Cumbre Ministerial UE/Vecindad Sur (más conocida como Cumbre Euromediterránea) que reunió en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, a ministros y embajadores de 36 países y de la Unión Europea. A estos efectos es importante señalar que la misma estaba organizada por España, la Comisión Europea y Letonia (como país que ostenta la presidencia semestral de la UE).
La imagen de la polémica es esta:
La Casa Real avala la teoría protocolaria del “vale todo”
La ceremonia de los Premios Príncipe de Asturias 2013
El mismo error de interpretación se cometió con el doble juego de banderas de países premiados dispuestos en el Salón Covadonga para la foto de familia, celebrada horas antes de la ceremonia (previo al almuerzo-bufé oficial) en el Hotel de la Reconquista.
La recogida de este galardón de la Concordia por parte de la ONCE fue necesario ensayarlo en el escenario en dos ocasiones (la víspera y el mismo día por la mañana). Era un movimiento complicado que debía salir ordenado en beneficio de la ceremonia y especialmente por imagen de la propia Organización Nacional de Ciegos que obviamente no quería transmitir torpeza o dificultades. La ONCE supo elegir muy bien a sus representantes y la FPA acertó en asumirlo. Además de merecidísimo reconocimiento, se llevaron la imagen y la mayoría de los aplausos. Lo cierto es que si se mira la foto es muy espectacular y simbólica.
Ciertamente se podía haber evitado, pero siempre te queda la duda de si una niña -que no es premiada por sí misma- puede condicionar tan fuertemente el protocolo final. Pero los hechos han demostrado que a veces es mejor adelantarse a lo previsible, aunque sea variando el lógico ordenamiento. La FPA trató de repartir equilibrios, siguiendo criterios anteriores de llevar a filas posteriores los grupos de un mismo premio. Pero no siempre en la foto se da una circunstancia como la señalada. Dado que la FPA siempre ha acreditado flexibilidad, quizá en esta ocasión debiera haberse adelantado a lo previsible, aunque seguimos manteniendo la duda, pero en cualquier caso la actitud del Príncipe dio ese toque humanista y fresco que tanto caracteriza a estos premios. Hay un protocolo, pero también puede variarse con espontaneidad, si ésta es bien entendida, como fue este caso. Así, mírese por donde se mire, los ciegos fueron este año los mejor parados desde el punto de vista gráfico. Bueno, no siempre una niña (además virtuosa del piano) y un perro-guía se hacen dueños del escenario.
*Primera fase (1981-1987): cambios que no se consolidan. Segunda fase (1988-1997): buscando una identidad. Tercera fase (1998-actualidad): consolidación y protagonismo escénico de la decoración floral. Esta clasifcación se realiza en la Tesis doctoral de este autor titulada “Protocolo y Ceremonial en los Premios Príncipe de Asturias” (Universidad Camilo José Cela).
Ceremonia completa en: http://www.rtve.es/alacarta/videos/premios-principe-de-asturias/ceremonia-premios-principe-asturias-2013/2099870/
RTVE: los mejores momentos de la Ceremonia en dos minutos. http://www.rtve.es/alacarta/videos/premios-principe-de-asturias/acto-entrega-premios-principe-asturias-2013/2099771/
El desembarco del Protocolo en el Periodismo
El sector periodístico “serio” debiera plantearse muy seriamente la importancia que tiene el Protocolo en la labor diaria que realizan cuando sus representantes hacen la cobertura de determinados eventos y escriben la crónica correspondiente. Por una parte, se cometen demasiadas ligerezas en los comentarios e interpretaciones sobre determinados asuntos que para nada se ajustan a la verdad. Si uno de los propósitos del profesional de la comunicación es informar verazmente de lo que ha visto, e interpretarlo lo más adecuadamente posible, no puede dejar a su intuición o a su “sentido común perceptivo” determinados elementos que están presentes en el hecho noticiable y que provienen del ámbito del Protocolo. Hay demasiadas cosas, con mucho significado, que pasan desapercibidas para la opinión pública sencillamente porque el periodista no dispone de formación ni de información sobre cuestiones derivadas con otras disciplinas como la que es objeto de este comentario.
El cómo se dispone una ordenación de autoridades, el orden de las intervenciones, la colocación de las banderas, manera de producirse los recibimientos, la escenografía, etc., aportan una extraordinaria información añadida que para quienes conocemos el mundo del Protocolo nos permite profundizar aún más sobre el alcance de que todo el mundo puede ver pero no todos saben comprender o interpretar. Es ya exigible, dado que el Protocolo es algo que está presente en la totalidad de los eventos que cubren los medios de comunicación, que los redactores o locutores tengan unos mínimos conocimientos para ayudar al lector, al oyente o televidente a conocer el entorno y la globalidad del alcance de la noticia y de la información que de ella pueda desprenderse.
Creo que es absolutamente imprescindible que los planes de estudios de todas las carreras vinculadas a las Ciencias de la Comunicación -desdeluego, periodismo o cualquiera de las especialidades de Comunicación- incluyan una buena dosis de créditos de estudios relacionados con el Protocolo y la Organización de Eventos.
Protocolo y Organización de Eventos, bien que le pueda pesar a algunos, es una Ciencia dentro de la Comunicación -así reconocida por el Gobierno español y otros extranjeros- y debe servir, además de la función en sñí mismo que tiene, para contribuir a una mejor Comunicación global. Así como para hacer Protocolo es absolutamemte necesario tener una buena base de lo que representa la Comunicación y sus necesidades, las demás carreras han de prever lo mismo. Es notorio cómo al público se le usurpan muchos detalles, muy significativos, porque el periodista no repara en ellos o sencillamente no sabe valorarlos.
Aunque a veces hagan referencias a temas de Protocolo no llegan a averiguar su significado, limitándose a contar las cosas como si fueran una mera descripción de lo que ven sus ojos. Lo observamos a diario este problema, y a la inauguración de los Juegos de Verano de Londres me voy a remitir -por citar una gran evento internacional- para que se observe la pérdida de eficacia comunicativa que no se explique bien el alcance del ceremonial olímpico. Es una pena, porque detrás a veces hay más información de lo que aparentemente se ve.
No voy a ser tan atrevido de solicitar que en eventos complejos aparezca la figura del asesor de protocolo, que, así todo, debería de estar cuando realmente es necesario. Pienso que bastaría en principio con una adecuada formación de los periodistas a quienes, además, se les debería dotar de materiales a los que puedan recurrir para realizar las consultas pertinentes. Es obvio, que habrá situaciones donde sería conveniente la presencia de los expertos, pero en el día a día es el periodista quien debe de “saber leer más allá”.
En consecuencia, estimo que quienes estamos en el lado de la Organización, a través de nuestros representantes legales, que son las asociaciones, deberíamos propiciar acuerdos de colaboración que vayan encaminados en esta línea. Es obligado que las asociaciones de protocolo y de periodistas, la Academia de televisión, etc., lleguen a acuerdos encaminados a esta seria necesidad. Con ello se lograría, además, acabar con la frivolización del Protocolo, expresión que para muchos periodistas solo es cosa de reyes, corbatas y tacones, por citar tres tópicos. Creo que las asociaciones deberían tomar muy en serio propuestas de este tipo en beneficio de todos. También se puede decir que hacer Protocolo hoy de espaldas a la Comunicación y sin conocer sus exigencias actuales es suicidarse profesionalmente. Al margen de lo que hagan las asociaciones, al menos uno está ya en esa batalla.
Bandera a la “carta”
Como no es la primera vez que sucede, creo que es bueno hacer algún comentario al respecto. Tampoco es la primera vez que desde diferentes ámbitos de la profesión se viene comentando el incumplimiento de la Ley de Bandera de España en diferentes instituciones oficiales, entidades privadas y otros estamentos. Y no es cosa de izquierdas o de derechas, de nacionalistas o españolistas, de empresas fuertes o no tan poderosas. Se sucede con más frecuencia de lo que es habitual, lo que me lleva a pensar que realmente no estamos ante un fallo sino ante una estrategia forzada probablemente por la necesidad de encuadrar una determinada foto de cara a los medios de comunicación. Hemos recogido estas imágenes del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy en la sede de la Presidencia (durante una entrevista que emitió Televisión, de la portavoz del Partido Socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, y al coordinador de Izquierda Unida, Cayo Lara, compareciendo ante los periodistas en una de las Salas de Prensa de esta alta institución del Estado.
Esta intención por situar la bandera nacional en el caso de España junto al que posa ante los medios, puede resolverse sin vulnerar la Ley. Basta con seguir el ejemplo francés, o bien por prescindir de la Europea (no sé por qué tanta obsesión por ella) o sencillamente por ponerlas separadamente una a cada lado. Probablemente gusten menos estas opciones, pero la ley está para cumplirla, y si la fórmula de la Ley de 1981 no responde a las necesidades mediáticas que buscan los políticos tienen la facultad de llevar una modificación a la norma al Congreso. Si se incumple, caemos en la coherencia de exigir a vascos y a Catalanes que cumplan la Ley de la Bandera de España, que ondee junto a ellas en posición preferente, que haya habido fallos judiciales al respecto, y luego desde las primeras instituciones ocurre lo que ocurre. Y en ambos casos se infringe la Ley.
Es hora ya de que los responsables de protocolo hagan valer el cumplimiento de la norma y que los políticos y autoridades respeten la misma (o que cambian la Ley). Situaciones como estas desacreditan al Estado Constitucional y le quita argumentos cundo es necesario defender la presencia de la enseña nacional en los actos oficiales que convoquen cualquiera de las instituciones españolas tanto en el interior como en el exterior del país.
Puestos a hablar de incumplimientos, deberíamos referirnos igualmente a esa otra circunstancia que tristemente en los duelos se produce: colocar el crespón o lazo negro prendido a la bandera. Algo que por tradición no debe hacerse, ya que la bandera es la que es y nada que esté contemplado en las diferentes normas que la regulen puede colocarse. El artículo 8 habla de la prohibición de colocar cualquier símbolo y aunque se refiere fundamentalmente a partidos políticos, asociaciones o entidades privadas, hemos de entender por extensión que la colocación sobre la enseña de cualquier otro símbolo debe estar prohibida, porque de lo contrario empezaremos a ver (perdón, ya lo vemos) cosidos a la bandera lazos rosas, azules, blancos, quijotes, toros, etc. El crespón, que debe reservarse en el luto solo para la bandera de interior (el luto en las exteriores se hace únicamente poniéndola a media asta, cosa que también se hace habitualmente mal en muchas instituciones de primer nivel), se coloca en la parte superior del mástil, pero sin engancharse a la bandera. Deberíamos evitar situaciones como estas:
12 de Mayo de 2011
El pasado domingo no pude evitar ver el primero de los nuevos capítulos de la serie de Antena 3 TV sobre el Doctor Mateo, rodado Lastres, localidad del municipio de Colunga, que está en mi querida tierra asturiana. Aunque el contenido de la misma dista mucho en sí de la realidad de los médicos rurales y de la vida en un pueblo marinero, me alegro de su éxito porque ha multiplicado por mil el número de visitantes que ha acogido este verano la citada localidad. No importa que en la serie el pueblín se llame San Martín del Sella, porque al final Lastres es inconfundible. Uno se sienta ante el televisor el domingo en la noche después de haber relajado unos días en Semana Santa, y si bien desenchufasde protocolo, pronto todas las alarmas te saltan y devuelven a la triste realidad que rodea en algunos aspectos al protocolo. Veo la imagen de la alcaldesa de la serie en su despacho con las banderas de Asturias y de España colocadas al revés, incluso en la fachada municipal. Es una anécdota sin más en la que seguramente solo unos pocos recurramos. Pero, ¿tanto cuesta preguntar por el orden correcto?
Entonces me comprometí a escribir algo sobre la necesidad de que los directores y productores de determinados filmes o series relacionados con el mundo institucional o de los eventos que requieran un protocolo normativizado cuenten con asesores en su nómina de colaboradores. Da más credibilidad, y no sólo porque las banderas estén de una manera o de otra, sino porque hay muchos detalles de protocolo que se ignoran y que de atenderlos adecuadamente añaden rigor. ¿No se cuidan otros aspectos esenciales? Pues el protocolo en muchas películas y episodios es fundamental, y a otras series actuales me remito como La República, La Señora, La Duquesa de Alba, 23 F o sobre los Príncipes de Asturias o el Principito de Gales y su Kate…, en donde se aportan situaciones protocolarias que no se ajustan para nada a la realidad protocolaria.
Queda uno pasmado viendo y oyendo cada cosa… Es como menospreciar continuamente al protocolo. Va siendo hora de que hagamos nuestra cruzada.
La intérprete