La reverencia ante el rey

La reverencia o inclinación protocolaria ante el rey de España ha vuelto a salir a la palestra a raíz de la promesa como presidente del gobierno de Pedro Sánchez esta semana. Dejando al margen a quienes utilizan cualquier hecho para desacreditar al político, numerosas personas han criticado el escueto gesto de “cortesía” que en el Palacio de La Zarzuela tuvo al respecto el jefe del ejecutivo hacia el monarca. Estamos, además, a pocos días de que los ministros tengan que realizar su jura o promesa ante el Jefe del Estado y ya se vaticina que parte de los nuevos cargos no tendrán ese gesto de “respeto”, especialmente con los representantes de Unidas Podemos. Es para mí un debate estéril porque, y voy de frente, el tradicional saludo hacia la Familia Real no tiene sentido alguno en la España moderna que vivimos y menos antes unos reyes que buscan en todo momento la proximidad y la cercanía. Inclinar la cabeza (hombres) o doblar la rodilla izquierda (mujeres) debe quedar exclusivamente en el marco de la voluntad de cada persona y no como una cuestión obligada que genere lecturas sobre el apego o no la institución monárquica. La reverencia se ha quedado en el ámbito de la realeza internacional, y más como una costumbre que como una demostración de afecto o veneración, no contemplándose en otros sistemas políticos como por ejemplo para los jefes de Estado de países no monárquicos.

Reverencia al rey.

Ligera inclinación de cabeza ante el Rey segundos antes de promter su cargo como presidente del gobierno.

Costumbre desde el siglo V a.C.

El acto ritual de la inclinación ante los monarcas es muy antiguo y generalmente se le concede un origen oriental. En griego antiguo se llamaba  proskynesis (προσκύνησις ), palabra formada de pros– (hacia) y kyneo (besar) al saludo ritual que los persas hacían a su rey. Es Heródoto, el padre de la Historia, que vivió en el siglo V antes de Cristo, el que nos informa en su Historias, 1,134  de la forma como se saludan los persas: Cuando se encuentran dos en la calle, puedes saber si son o no de la misma clase social, porque si lo son, no se saludan de palabra sino que se besan en la boca; si uno  de ellos es de condición algo inferior se besan en la mejilla; pero si uno de ellos es de condición mucho menos noble, postrándose le ofrece reverencia”.

En la corte del rey este saludo, que Heródoto vio en la calle, estaba ritualizado y formalizado en función también del rango de los súbditos, que se prosternaban, arrodillaban, se inclinaban o le enviaban un beso. Durante siglos el besamanos fue un gesto de sumisión a reyes, emperadores, sumos pontífices y señores feudales.

Veneración

La Real Academia Española (RAE), en la primera acepción de su diccionario, define reverencia como “respeto o veneración que tiene alguien a otra persona” y en la segunda “inclinación del cuerpo en señal de respeto o veneración”Si buscamos la definición de venerar nos encontramos lo siguiente: Respetar en sumo grado a alguien por su santidad, dignidad o grandes virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda”. Por lo tanto en esta última definición encontramos un claro componente espiritual o de supremacía moral.

Besamanos

La citada entidad académica en relación al besamanos, que es como se llama técnicamente a esta forma de saludar, señala que se trata de una “ceremonia en la cual se acudía a besar la mano al rey y personas reales en señal de adhesión” y la segunda afirmación define como “acto de adhesión o sumisión a una persona o institución superiores”. En consecuencia el acto del besamanos o/y de inclinación ante el rey no es una tradición de respeto al monarca sino un acto que significa lo que es: adhesión, veneración.

En consecuencia yerran quienes consideran que una persona de principios republicanos o militante de una opción política no monárquica deben ser generosos en la tradicional cortesía de inclinar la cabeza. Es más, debería de retirarse del protocolo de esta ceremonia de toma de posesión la recomendación de hacer este gesto. Puede sustituirse por otras fórmulas más propias de los tiempos o sencillamente dejarlo con el apretón de manos que tras la jura o promesa ofrece el jefe del Estado al nuevo cargo. Obviamente, quien lo desee hacer está en su derecho (aunque pienso que tampoco debería hacerlo si es un cargo público) y hay que respetarlo, pero no hacerlo no puede ser objeto de crítica por “malos modales” o “mala de educación” o “antimonárquico” o “sobrado”.

Precisamente, en la recepción de la Pascual Militar celebrada el pasado 6 de enero en Palacio Real pude fijarme que un alto porcentaje de militares, a quienes se les supone total adhesión al capitán general de las Fuerzas Armadas, no inclinaron su cabeza ante los reyes y otros tantos se limitaron a un simple taconazo con la cabeza erguida.

Igualmente, si analizamos las diferentes recepciones que se celebran en Palacio, la mayoría de la sociedad civil no hace la inclinación, y sé de buena tinta que eso no ofende a nuestros monarcas. Muy al contrario. Saludar con respeto es simplemente eso, hacerlo con el respeto que cada persona merecemos mirándonos a la cara.

Paradógico y pintoresco

En el marco del IV Congreso Internacional de Protocolo (2001), la reconocida estudiosa en Protocolo María Teresa Otero, definía como paradógico y pintoresco el hecho de “contemplar cómo el gobierno desfila ante SS.MM. los Reyes y mientras los ministros inclinan la cabeza, las ministras han de doblar la rodilla”. Es cierto que su intervención en aquél encuentro, Otero centraba su reflexión sobre el desigual trato en las formas de saludo del hombre con respecto a la mujer, pero su argumentario es totalmente aplicable a esta situación que analizamos. Refriéndose al sexo femenino, la citada experta afirma que “no hay nada que objetar a mostrar el máximo respeto a aquellas personas que nos representan, pero en comunicación verbal, el gesto de arrodillarse implica un espíritu que dudamos esté en consonancia con los principios y fundamentos constitucionales de nuestra civilización occidental”.

Y añade: “La reverencia es un gesto difícil de entender desde perspectivas constitucionales, y debería reservarse para la vida privada de las mujeres españolas, autoridades o no, muy dueñas de saludar cómo consideren oportuno a las máximas instancias de la nación, pero desde luego siempre que no ostenten la representación de quienes nos sentimos ciudadanos del Estado español y no súbditos de una corte inexistente”.

Coherencia constitucional en las formas

Al margen de estas interesantes reflexiones, no es normal que los representantes públicos elegidos por los ciudadanos, de forma directa o indirecta, tengan que hacer un gesto de sumisión (veneración) hacia el Soberano por pura estética y coherencia constitucional y política. Criticar que no se haga no es acertado en nuestra modesta opinión. El cumplimiento estricto de las características técnicas del besamanos debe quedar más en el ámbito de lo social, dando libertad a cada uno para que lo practique o no. Pero en un acto como el de la toma de posesión del gobierno lo vemos innecesario, porque no escenificar la sumisión/veneración no implica ser desleal con el jefe del Estado a quien se le promete ya fidelidad, de acuerdo con el texto normativo. Tampoco sería correcto y rompería la normalidad democrática que nos hemos dado los españoles que algunos ministros añadan alguna coletilla o gesto para desmarcarse de esa obligada fidelidad al rey.

En cuanto a las críticas a Pedro Sánchez, quizá el hecho de haber realizado la inclinación “un poco a medias”, pareciendo un poco forzado y raro, haya servido para incrementar las críticas, que ya de por sí iba a haber hiciera lo que hiciera. Pero insistimos, la inclinación o reverencia en este contexto oficial debe pasar a la historia.

Ver toma de posesión: https://www.lasexta.com/noticias/nacional/pedro-sanchez-toma-posesion-de-su-cargo-como-presidente-ante-el-rey-felipe-vi_202001085e15aad50cf29c7144b844a0.html

https://www.lamoncloa.gob.es/presidente/actividades/Paginas/2020/080120-promesacargo.aspx

https://www.casareal.es/ES/Actividades/Paginas/actividades_actividades_detalle.aspx?data=14249