Tocar a la reina Isabel

“El gobernador general de Canadá, David Johnston, rompió el protocolo con la reina Isabel II. Johnston tomó a la reina del brazo mientras ella bajaba las escaleras y causó polémica, aunque él insiste en que lo hizo por una buena razón”. Esta noticia ya es del pasado 20 de julio, pero desde entonces me sigue dejando perplejo la reacción/obsesión que siguen teniendo diferentes medios por el hecho de que toquen a la “intocable” reina Isabel II del Reino Unido. Más mito que realidad, porque realmente ese protocolo no es como se cuenta.El Gobernador de la ex colonia, en las declaraciones que hace y que se recogen en este video, explica los motivos y me parecen muy razonables. También es cierto es que si el Gobernador ya era consciente de la peligrosidad de la alfombra, ¿por qué no ordenó solventar el problema? Ese hubiera sido el mejor protocolo.

Evidentemente a la Reina, como a cualquier persona, no se le debe tocar por cualquier motivo, pero siempre hay momentos y circunstancias que, si obedecen a la cortesía o proximidad (incluso al riesgo como en este caso), sí puede/debe hacerse, como hemos visto cientos de casos en los últimos años sin que para nada la Monarca se haya molestado. Parece increíble que a los medios les preocupe más estas cosas que el verdadero protocolo profesional.

De cualquier forma, como apunta Rubén Amón en El País, en un artículo titulado “Letizia, la Reina perfecta”, “Isabel II ocupa un peldaño superior porque presume de su noción metafísica y porque ha demostrado que la mejor manera de estar cerca del pueblo es alejarse de él con el boato, la liturgia, la dimensión sagrada”. Dura frase que cuestiona este tipo de protocolo. Ver artículo en: https://elpais.com/…/2…/07/20/opinion/1500572069_456559.html

Pocos comentarios más merece la noticia, pero frente a quienes se empeñan en defender el obsoleto boato de la Reina británica, deberían evitar que sus comentarios den la razón al hoy denostado ex presidente de la Generalitat de Catalunyta, Jordi Pujol, y que tsanto hemos criticado: “El protocolo es la plástica del poder”. Quizá para él así haya sido, pero el protocolo del siglo XXI debería ser la forma y manera de acercar los representantes públicos y altos poderes a los ciudadanos. No exaltar o aislar, sino aproximar.

Ver el video en:https://www.youtube.com/watch?v=B2GNossDZms