Bandera a media asta en los cuarteles,un “sinsentido”

bandera

Bandera a media asta el pasado Jueves Santo en la sede del Ministerio de Defensa en Madrid.

Hace un año, el 17 de abril de 2017, escribía sobre esto mismo, pero he querido retomar su contenido y actualizarlo, porque sigo pensando que está fuera de lugar que el Ministerio de Defensa haya dispuesto de nuevo una instrucción interna en la que se ordena que “desde las 14.00 horas del Jueves Santo hasta las 00.01 horas del Domingo de Resurrección, la enseña nacional ondeará a media asta en todas las unidades, bases, centros y acuartelamientos”. Hasta aquí la noticia ampliamente recogida por la mayoría de la medios nacionales y locales tanto en 2017, como en 2018 y que ha generado un amplio abanico de comentarios en contra de este hecho que en nuestra modesta opinión vulnera la normativa vigente en la actualidad (más allá de la sentencia del Tribunal Constitucional a la que se agarra con “pinzas” el Ministerio) y que más allá de los textos legales parece no solo absurda sino innecesaria en una España constitucionalmente aconfesional. Y volvemos a decir como el pasado año: después de esto, ¿tendrá el mismo valor ver la bandera a media asta cuando haya una tragedia con muertos en España?

Y obviamente la orden, como no podía ser menos, se está ejecutando. Pero todos tranquilos que como ya sabemos que a las 00.00 horas de mañana Cristo volverá a resucitar la bandera regresará al alto del mástil. La Ministra de Defensa es la máxima responsable y de ella sabemos su gusto por estas cuestiones en relación a la religión. Pero no debe olvidar la señora Cospedal que un Ministro, como miembro del Gobierno, lo es pero de todos los españoles. Con la bandera no se puede “jugar” así si queremos de verdad que los ciudadanos recuperen el orgullo por los símbolos de su país, y pasen página a su indentificación con un bando en la pasada contienda fraticida que vivió nuestro país. Por eso decisiones como éstas no hacen favor alguno.

Bandera a media asta en el cuartel de artillería de Fuencarral.

Contraria a la legalidad

Hasta la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) han calificado esta medida como “contraria a la legalidad”. Por mucho que se apela a posibles tradiciones, incluso a la sentencia del Tribunal Constitucional que garantiza la legalidad de este tipo de decisiones en base al respeto a las tradiciones religiosas (ver sentencia), éstas nunca han de ir contra la normativa establecida, en este caso por el Real Decreto 684/2010, de 20 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de Honores Militares, el cual en su artículo 3, apartado 2, señala textualmente: “No se rendirán honores, salvo los fúnebres, y la Bandera permanecerá izada a media asta ininterrumpidamente día y noche cuando el Gobierno decrete luto nacional por un periodo de tiempo determinado. De la misma forma se actuará en el ámbito de las Comunidades Autónomas, de las Ciudades de Ceuta y Melilla y en los municipios cuando el luto se establezca por sus órganos competentes”. Pero mucho menos no debe ir contra el sentido común. Hasta el Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, acaba de señalar que “es más adecuado a la lógica de un Estado aconfesional prescindir de unos honores fúnebres militares con elementos de marcado significado religioso”. Ver declaraciones.

Es decir, la normativa vigente hoy deja bien claro que la bandera permanecerá a media asta cuando el Gobierno decrete luto nacional, y en este caso no ha habido tal decreto. No debería por lo tanto el Ministerio dar una instrucción en este sentido porque no hay tal luto. Se apela a la tradición y, curiosamente, al “respeto por la libertad religiosa”, según algunas declaraciones recogidas por los medios procedentes de voces autorizadas de dicho Ministerio. ¿Libertad religiosa? Precisamente la libertad religiosa consistiría en no hacer lo que ha hecho el máximo organismo de Defensa. El diario El País señalaba al respecto: “El reglamento (de Honores Militares) no prohibía que se hiciera también en otras ocasiones y el Gobierno del PP se agarró a esta posibilidad para, sin modificar el decreto, defender que los ejércitos pudieran adoptarla “por tradición”, dada la ancestral vinculación de las Fuerzas Armas con expresiones religiosas de hondo arraigo popular en muchas localidades de España, como las procesiones. “El ondeo a media asta de la enseña nacional en determinadas fechas forma parte de la tradición secular de los ejércitos y está integrada en la normalidad de los actos de régimen interior que se celebran en las unidades militares”, rezaba una respuesta al diputado socialista José Martínez Olmos, en 2014″. Absurda la explicación.

¡Pero, además, si Cristo murió hace dos mil años! Quizá entonces pudiera tener sentido, pero en estos tiempos… La medida se viene aplicando desde hace años. Quizá en la España no constitucional y oficialmemnte católica que representaba el franquismo era coherente con el sistema anterior. Pero hoy no y sólo por puro sentido común, respeto a todos y sentido de Estado plural y democrático. Condenamos que siga tomándose la decisión, porque aunque pudiera haber algún vacío legal por donde colarse (que no me parece), la Constitución deja claro que la bandera nacional es patrimonio de todos los españoles en el momento que la recoge en su Artículo 4 y que la misma, según la Ley 39/1981, de 28 de octubre, por la que se regula el uso de la Bandera de España y el de otras banderas y enseñas, en su artículo primero se dice: “La bandera de España simboliza la nación; es signo de soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución”. Con eso se dice todo: no puede usarse para fines diferentes a lo que entraña su propio significado, símbolo de nación, símbolo de todos los españoles. Intolerable la decisión de Defensa.

Que los militares, institucionalmente hablando, se sumen a procesiones y actos religiosos similares en estas fechas, nada tengo que decir, siempre y cuando que se respete la libertad de conciencia de cada soldado, y, por supuesto, que los costes vayan con cargo a quienes lo organicen. Ahí personalmente no tengo nada que objetar -aunque razones podrían aducirse para cuestionarlo-, ni que medio gobierno se dé cita en Málaga para la procesión de los legionarios. Si les gusta, adelante, pero con tantas procesiones que hay en España ¿no os resulta curioso que un buen puñado de ministros estuviera precisamente en esta ciudad y en esta procesión? Insisto, no lo ciestiono, solo hago la observación.

Luciéndose con el luto

El luto nacional solo se puede establecer por Real Decreto del Gobierno, el cual requiere además de la firma del Jefe del Estado. Una cuestión que así se hace cuando se produce el fallecimiento de las altas autoridades contempladas en el Reglamento de Honores Militares o cuando se produce un hecho trágico que afecte a españoles con resultado de muerte. Es decir que no hay en estas fechas un luto nacional, sino una disposición ministerial ordenando la colocación a media asta del vexilo español, aduciendo a razones de tradición y amparándose en una dudosa sentencia de 2011 que en realidad no se produce por esta cuestión sino sobre una cuestión puntual del Colegio de Abogados de Sevilla. Uno lee este párrafo de la sentencia y todavía te quedas más boquiabierto: “Cuando una tradición religiosa se encuentra integrada en el conjunto del tejido social de un determinado colectivo, no cabe sostener que a través de ella los poderes públicos pretendan transmitir un respaldo o adherencia a postulados religiosos (leer más:  El TC respalda la bandera a media asta en Semana Santa  https://www.larazon.es/espana/el-tc-respalda-la-bandera-a-media-asta-en-semana-santa-OJ18003481?sky=Sky-Marzo-2018#Ttt1CvJbRngJB765) 

Sin embargo, este Gobierno lleva tiempo ordenando que las banderas ondeen a media asta cuando se produce alguna tragedia fuera de nuestras fronteras, como ocurriera con los atentados islamistas en Francia y Bélgica (por citar algunos casos). Se habla en estos escritos de “en señal de solidaridad”. No nos oponemos a que se haga, pero debería hacerse conforme a la norma, que para eso está, o fijar criterios claros para que cualquier institución termine por hacer lo que le venga en gana (como ya ocurre). Si no se hace así la pregunta es obligada: ¿por qué? La respuesta evidente: se convierte la cuestión en una mera instrucción que solo afecta a los organismos dependientes del Gobierno (que arrastra luego a todas las administraciones) para así no tener que dar cuentas a nadie y evitar posiblemente algunos conflictos por los clarísimos agravios comparativos que está habiendo.

Un respeto para todos los que nos hemos educado en los valores cristianos, que no necesitamos para nada que las banderas se pongan a media asta durante la Semana Santa. Pero, ¡por Dios, sino lo hace ni el Vaticano! Que nadie apele a las tradiciones en casos como éstos, porque todas están sometidas al orden constitucional y al desarrollo del mismo a través de leyes y reales decretos. Y poner a media asta la enseña nacional por la Semana Santa por mucho que diga el Tribunal Constitucional, por mucho que apela a la tradición y a que gestos de este tipo no suponen un posicionamiento gubernamental que atente contra la libertad religiosa, lo cierto es que al pasar por la sede Ministerial de Defensa en Madrid, a uno al menos le parece un sinsentido y una medida innecesaria. ¿Qué se gana con esto? ¿Qué aporta? Si acciones de este tipo dividen a quienes respetamos el símbolo, ¿por qué hacerla? (insisto, que nadie descontextualice que me estoy referiendo a este caso y no a otras situaciones políticas). No tengo daros al respecto, pero estoy seguro que España es el único o de los pocos países civilizados que baja la bandera en los acuartelamientos militares, y  se rinde así a la conmemoración de la muerte de Cristo hace dos mil años. ¿Qué explicación se dará cuando se haga lo mismo cuando fallezca un militar en un acto de servicio?

Un poco de sensatez y de respeto, que la bandera es patrimonio de todos y si se ha regulado el luto nacional para los establecimientos militares es precisamente para evitar decisiones partidistas y partidarias de una bandera a la que decisiones de este tipo le hacen mucho daño y a la imagen general del país.

Lamentable…

(Este artículo ha sido actualizado el 30 de marzo de 2018, cuyo título hasta entonces era “Luto por Cristo en los caurteles, ¡por Dios!”).