La importancia de las placas protocolarias: la reapertura de Campofrío

Dos años después del desgraciado incendio de la planta de Burgos, la empresa de embutidos reabre sus instalaciones con el hashtag #hechoentretodos y con la presencia del Rey de España

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Los actos del Jefe del Estado no solo se limitan a los que él mismo convoca o aquellos que por su papel institucional debe de presidir. El mayor porcentaje de los eventos (más del 95 por ciento) a los que asisten los miembros de la Familia Real son convocados y organizados por otras instituciones públicas o entidades privadas, y aunque el protocolo y ceremonial es responsabilidad del anfitrión, parece aconsejable recomendar el hecho de que se atiendan las necesidades protocolarias que rodean la figura del Rey y su Familia, cuando sea el caso.

La visita a la nueva planta de Campofrío en Burgos cobraba más interés para cada parte por las circunstancias acaecidas dos años antes (16 de Noviembre de 2014), cuando esta planta quedó destruida como consecuencia de un fatídico incendio que la convirtió en cenizas y dejó sin empleo a centenares de trabajadores y un drama para más de mil familias según recogía el diario El País. La presencia del Jefe del Estado en Nueva Bureba suponía el reconocimiento de la decisión empresarial de reconstruir la planta tras una inversión de 225 millones y hacerlo de tal manera que, incorporando las últimas tecnologías, la convierte en la más avanzada de Europa en el sector de embutidos. Y al mismo tiempo en un homenaje a los trabajadores que han sabido asumir sacrificios para hacer posible que se levantara la nueva planta y hoy trabajen 318 personas. Por estas razones, en el programa de la visita había que dar tiempos de encuentro del Rey con los directivos y representantes de la empresa y a los propios trabajadores que asumieron amplios márgenes de protagonismo, con su Comité de Empresa a la cabeza.

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Tras descubrir la placa, el Rey pronunció su discurso en un entorno que podría ser mejorable.

El hecho de que el Rey pudiera decir estas palabras ya justificaba su presencia: “Este es, sin duda, un ejemplo extraordinario de capacidad para sobreponerse a la adversidad. Los trabajadores y la compañía, a pesar del dolor y la confusión, supisteis afrontar la dura situación con verdadera entereza y con una voluntad firme de superar unas dificultades que, lógicamente, no habríais podido ni imaginar un día antes del suceso. Dificultades personales, familiares, laborales, económicas, las de todo un entorno social y productivo que tiene en esta fábrica −como lo tenía también en la que la precedió− un verdadero punto de encuentro y que, como se ha comprobado, supera con mucho lo profesional. Porque me atrevo a decir que se os ha visto como a una gran familia ‒generosa, solidaria, eficiente, decidida a salir adelante‒”.

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Reunión directivos para las explicaciones sobre la reconstruycción de la fábrica.

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Recorrido por la planta

Equilibrio empresa/trabajadores

Para llegar a este mensaje es necesario abordar un protocolo y un programa que contribuya a ese afán. El Rey fue recibido a su llegada a la fábrica de Campofrío por el presidente de la Junta de Castilla y León; la presidenta de las Cortes de Castilla y León; la delegada del Gobierno en la Comunidad de Castilla y León; el alcalde de Burgos; el presidente de Alfa Group; el presidente del Consejo de Campofrío Food Group, y el presidente de Sigma Alimentos. Se aplicó un recibimiento doble: primero la bienvenida oficial a cargo de las cuatro primeras autoridades, y luego la de los tres anfitriones de la entidad. La Vicepresidente del Gobierno acompañaba, como “Ministra de Jornada”, al Jefe del Estado.

A continuación, Don Felipe recibió el saludo en diferentes líneas a la embajadora de los Estados Unidos Mexicano en España; la consejera de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León; el consejero de Empleo de la Junta de Castilla y León; el presidente de la Diputación Provincial de Burgos, y por los directivos y representantes del Grupo y del Comité de Empresa de Campofrío.

Acto seguido, Su Majestad el Rey mantuvo una reunión donde fue informado sobre la renovación de la fábrica y de los proyectos de futuro del Grupo Campofrío. Tras la misma, inició una visita por las instalaciones, recorriendo los siguientes espacios de la cadena de producción: embutidos curados, tratamiento de embutidos cocidos y la zona de empaquetado y de expedición del producto final. En todo momento el equilibrado protagonismo entre empresa y trabajadores estuvo muy presente, porque esa simbiosis ha sido clave en la recuoperación de la actividad. El protocolo no puede olvidar este factor.

Al término del recorrido, y para poner fin a la visita, el presidente de Alfa Group invitó a Su Majestad el Rey al descubrimiento de una placa conmemorativa. Es una pena que a la placa no se le sacara mayor rendimiento en su contenido, quedando un pobre texto, muy frío y sin mensaje, teniendo en cuenta la especial circunstancia de este resurgimiento: “Su Majestad el Rey visitó estas instalaciones de Campofrío. Burgos, 21 de noviembre de 2016”.

Placa con mensaje

Pensamos que habría margen y hubiera sido adecuado hacer alusión al esfuerzo de empresarios y trabajadores por reconstruir la nueva planta, aspecto que la propia empresa destacado en su web institucional (hasta el punto de que el hashtag utilizado en las redes sociales fue #hechoentretodos): “Hoy se cumplen dos años desde que se produjo el incendio de la Bureba. Dos años en los que hemos trabajado duramente y a contracorriente para cumplir un sueño: volver a abrir las puertas de la fábrica y recibir a los trabajadores que aquel 16 de noviembre de 2014 vieron derrumbarse sus vidas”.

Las placas conmemorativas de este tipo no valen solo para dejar el registro de una visita, sino para testimoniar bien el sentido de esa visita, un concepto que no siempre se entiende bien y que hace que en muchas ocasiones se descubran lápidas que no dicen nada. Y es que una placa que no hable por sí misma y diga en pocas palabras los valores que representa el motivo por la que se pone, no vale para nada. Se queda en mera cortesía, perdiéndose eficacia de imagen y comunicación.

Las palabras del Rey, tras descubrir la placa, compensaron la frialdad de la misa, dispuesta junto al logotipo de la empresa y planta que desgraciadamente quedó tapado por las autoridades, en una posición, además, que obligaba al Jefe del Estado, a descorrer la cortina (tela con el color corporativo de la entidad) en sentido contrario, como se aprecia en la imagen superior.

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Foto con directivos.

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Foto con representantes de los trabajadores.

En cualquier caso, en eventos así es donde el Jefe del Estado también tiene que estar y más en estos tiempos de severa dificultad económica y en la que cualquier acción fruto de la iniciativa, la suma de esfuerzos y la visión de futuro aporten motivos para creer que alguna vez saldremos de esta crisis. Afortunadamente el Rey es muy consciente de todo esto y practica con el ejemplo.

(Video de la visita: https://www.youtube.com/watch?v=riSIy_wE3oo).