Los necesarios cambios en los premios en el sector de los eventos

Estos galardones deberían abrirse al Protocolo, a las agencias y profesionales modestos y a la investigación

eubea

El próximo día 13 de octubre, en la ciudad rusa de Saint Petersburg, se entregarán los premios #EuBea 2016, los “Oscar” mundiales de la industria de los eventos. Dos importantes agencias españolas, Eventísimo (por la Convención de Oriflame en Valencia, en la categoría de mejor evento de Motivación y Team Building) y Acciona Producciones y Diseño APD (por su espectáculo Latidos de Luz para el Ayuntamiento de Sevilla, en la categoría de Evento Público), figuran entre las 114 candidaturas que aspiran a alzarse con uno de los más importantes galardones de reconocimiento a nivel internacional. Para estas dos empresas españolas, el mero hecho de estar candidatadas ya supone un premio de por sí, por lo tanto vaya por delante nuestra felicitación. Son justos candidatos y deseamos lo mejor.

eric-buena

Eric Mottard, presidente de Eventoplus

La existencia de premios como éste, o a nivel de Iberoamérica como los FIB (Festival Iberoamericano de Promociones & Eventos), aunque éstos más en clave de marketing, pero con una importante categoría en eventos) y en España los reconocidos Premios #eventoplus, cuya existencia se debe al notable empuje del incansable y referente #Eric Mottard, persona que creo que merece un importante homenaje por su labor a favor del sector, es importante para fortalecer y dar “músculo” a la industria de los eventos cada vez más necesaria en la economía de los países. Cada vez que se convocan me produce satisfacción y más cuando veo que en casi todos los internacionales siempre hay representación española, lo que me permite reafirmar que realmente España cuenta con agencias y profesionales muy competentes en la élite mundial.

entrega-de-premios2

Premio a actos oficiales por su protocolo

Sin embargo, y no es poner “peros”, sino contribuir a fortalecerlos más y acercarlos a la realidad actual, todos estos premios necesitan a mi entender algunos pequeños ajustes para que lleguen a toda la industria global de los eventos. En varias ocasiones nos hemos referido a la dualidad protocolo-eventos, cuando ambos van claramente unidos. El protocolo se aplica en todo tipo de eventos (protocolo –en definición muy de andar por calle- es básicamente procedimiento, reglado por normativa o por costumbre) y no solo en instituciones públicas sino en cualquier tipo de entidad u organización. Las agencias de manera confundida (pero pensada) llevan al protocolo al ámbito de las autoridades y prefieren hablar de eventos para el resto de las organizaciones (que representan casi el 95 por ciento de la “tarta”). Pero eso es un error y con el tiempo, cuando las administraciones públicas abran más el grifo de los concursos públicos para adjudicar sus actos, se darán cuenta que este sector oficial no debe desmarcarse de la industria general de los eventos.

Hago esta reflexión porque entiendo que en las categorías de los premios debería haber una específica al mejor evento de carácter oficial (obvio la palabra institucional, porque la industria de los eventos ese término tiene un sentido más amplio que incluye a las empresas privadas también), promovido por una institución pública y en la que se valore especialmente no el espectáculo o la producción sino la aplicación del protocolo y todas sus disciplinas auxiliares. Creo que es una carencia que debería resolverse y traslado, en el caso de España, a Eric Mottard el reto de incorporarlo a los Premios #eventoplus, los más importantes de nuestro país. Con ello se fortalecerían más estos galardones por que se ampliarían al territorial real de su competencia y el sector ganaría peso en el ámbito de lo público y en el reconocimiento de los profesionales de protocolo de las entidades públicas que son contratadores natos de agencias para algunos de sus actos.

Confío que pronto esta demanda (deberían apoyarla las asociaciones de Protocolo y Relaciones Institucionales existentes en este país) sea pronto una realidad. ¿Por qué no se puede premiar por ejemplo la organización del 300 aniversario de la Real Academia Española o el desfile del 12 de octubre, sin que haya que valorar la espectacularidad o la producción y sí el buen protocolo? (cito estos casos solo como ejemplos, no porque puedan merecer premio por su protocolo, que a lo mejor sí). Los eventos no solo se componen de creatividad, producción, logística, etc. También tienen su protocolo y hay que reconocerlo. Ahí queda el envite y confío que Mottard, hombre con visión de futuro, tome la iniciativa. No soy para nada partidario de que los profesionales de protocolo creen sus propios premios en esta disciplina, porque supondría en la práctica despegarse del sector de los eventos y eso sería negativo. Otra cosa es que estas asociaciones puedan premiar trayectorias o esfuerzos a favor del corporativismo a través de sus propios reconocimientos.

Premios a agencias y profesionales más modestos

Quiero introducir en la necesaria mejora de este tipo de galardones otras reflexiones más. Hay que abrirlos a agencias más modestas y por qué no a freelance o autónomos (que en España hay unos cuantos y bastante buenos). Hay pequeñas agencias que se enfrentan a dificultosos eventos aunque tengan menor presupuesto, menos trascendencia y posiblemente su cliente no sea “todopoderoso”. Pero el valor de su trabajo debe entrar en la lista de los reconocibles a nivel nacional e internacional. Eso pasa en mi modesta opinión por hacer más accesible las candidaturas y también por crear otra categoría específica a eventos organizados por empresas más modestas. Eventoplus quiso en su momento alcanzar esto, y por ello creó el Premio al mejor evento de bajo presupuesto, pero sus este galardón en la mayoría de los casos recae en grandes o medianas agencias. Es cierto que en alguna ocasión ha llegado a empresas más modestas pero no es lo habitual.

Los organizadores de estos premios pueden lavarse las manos al respecto y decir que cualquiera puede presentarse a los galardones y competir en las diferentes categorías. Pero también es cierto que el mero hecho de concurrir supone en el caso de algunos premios pagar por ello y en los que no se cobra obligar a determinados gastos que muchos no pueden hacer frente (preparar bien el dossier de la candidatura, elaborar videos, desplazamientos y viajes, etc.). Hay que buscar soluciones imaginativas al respecto, porque una industria que no premia a quienes empiezan a posicionarse, buscan su hueco y su oportunidad, no hace justicia a la profesión ni a las propias agencias poderosas. Todos vamos en el mismo carro y una persona que se le presupone independiente como Eric Mottard debería propiciar al menos en nuestro país esto que aquí señalo. Invito a la reflexión y me postulo a ayudar en esta tarea.

Hablo desde mi experiencia en la Universidad, al frente de estudios de Protocolo y Organización de Eventos, desde 2010 felizmente reconocidos como un Grado Oficial, que cada vez toma mayor peso y por el que han pasado ya numerosas personas que ejercen como brillantes profesionales en agencias de prestigio o que han tomado el camino del emprendimiento poniendo en marcha sus propias empresas. Y desde ese conocimiento puedo decir que hay jóvenes promesas que están haciendo con su pequeña economía y esfuerzo duplicado trabajos dignos de premiar, donde hacen gala de una alta creatividad, buena producción con sus escasos medios y, especialmente, buena gestión. Pero sus clientes no contratan enormes convenciones, o millonarias actividades de motivación o Team Building o espectáculos increíbles. Pero su labor en sus pequeños eventos es encomiable y debería ser reconocida. Y tampoco creo que sea acertado crear unos premios aparte para estos a quienes se les vería como “noveles” en su acepción literal y ser premiados en ellos no será la mejor tarjeta de visita. Deben ir junto a los grandes y facilitarles la posibilidad de acceder a las candidaturas sin tener que hacer gastos que probablemente no puedan afrontar.

Premio a la investigación en eventos

La industria de los eventos la conforman profesionales con talento, que han sido formados para ello, por lo que considero que en este tipo de galardones debería haber sitio para premiar trabajos de investigación enfocados a dar cuerpo teórico a la profesión y contribuir a su cualificación. Hay numerosos estudios e investigaciones que aportan resultados muy aplicables en la mejora de la industria. Me parece elemental esta cuestión y para los organizadores de premios apenas representa un gasto añadido relevante y sí en cambio el resultado sería muy positivo. Pensemos en ello.

Aquí dejo estas tres propuestas, que extiendo al conjunto de los premios internacionales y nacionales de otros países, y pido a todas las asociaciones (Protocolo, Eventos, Marketing, Comunicación, Relaciones Públicas, etc.) que valoren estas iniciativas porque beneficiarán a todos, pero especialmente a la consolidación y reconocimiento de un sector que hoy es injustamente valorado más por su vertiente técnico/profesional que como un auténtico conjunto de empresas y profesionales autónomos que generan la principal fuente de ingresos en la economía nacional, como sucede por ejemplo en nuestro país. Confiamos que al menos se valoren estas cuestiones que están en boca de la totalidad real del sector.

Empresas de organización de eventos grandes en España hay un puñado, pero hay otras miles de pequeñas entidades que desde el anonimato y en su rincones, hacen una excelente labor que desgraciadamente no se reconoce en estos foros porque no pueden acceder a ellos.