Presidencia académica para un acto universitario: el caso de Salamanca

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Momento en el que la madrina impone el anillo de doctor a Víctor García de la Concha.

Los Reyes de España siguen marcando su propio sello personal en el protocolo que siguen en sus actividades públicas, tanto en las que promueven directamente su Casa como en aquellos a los que acude en calidad de invitado. Una cuestión ésta que para mí es relevante, porque como ya escribiera en su momento, de la lectura que se haga de su protocolo se trasluce claramente el estilo de Jefatura de Estado que desea nuestro monarca. Esta impronta demuestra a todas luces cómo efectivamente se puede evolucionar en el ámbito del protocolo oficial, aún cuando muchos piensen que a estos niveles los Reyes son rehenes del ceremonial de Palacio y de Estado. La cuestión va más allá del simple sello o gusto singular. Supone una clara apuesta por adaptar a los tiempos actuales la escenificación pública de los actos de nuestro Rey y de su consorte, la Reina. Algo que enlaza con el compromiso de cercanía a la sociedad española y de sensibilidad hacia todos los sectores que la componen. Todo ello enmarcado en el respeto a tradiciones y normativas, pero abierto siempre a introducir las necesarias novedades que exigen los tiempos y las circunstancias que vivimos. Un Rey de nuestro tiempo. Eso exige, obviamente, un buen protocolo. Y lo hay, ciertamente que se está haciendo.

Dos buenos ejemplos de esta reflexión, y que motivan este escrito y el próximo, han sido la presencia del rey Felipe VI y la reina Letizia Ortiz, en el acto de investidura como doctores Honoris Causa por la Universidad de Salamanca de Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, ex director de la Real Academia Española y Caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro, y de José Ramón Narro Robles, secretario de Salud de México y ex rector de la Universidad Autónoma de México, celebrado el pasado día 4 de abril, y la recepción/cena ofrecida al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Souza, que tuvo lugar en Palacio Real de Madrid, el 17 de marzo pasado. De este último evento nos haremos eco en el siguiente artículo o post.

El acto de la Universidad de Salamanca

El reto para los organizadores era complejo. Sus Majestades los Reyes asistieron al acto de investidura de los nuevos Doctores, cuyo nombramiento reconoce su tarea en la creación del Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE). Por primera vez el Jefe del Estado español y su esposa acudían a una ceremonia universitaria de este tipo y, por lo tanto, desde el punto de vista protocolario sentíamos curiosidad por la forma de llevarlo a cabo. Los servicios de protocolo de la Casa de S.M., junto al de la propia Universidad (con conocimiento como es habitual por parte de la Presidencia del Gobierno de Castilla y León), se encargaron de sus preparativos. Del seguimiento del evento y de la información fidedigna a la que se ha tenido acceso, se puede concluir que desde el punto de vista protocolario fue un acierto en toda regla y nos ha aportado algunas claves no sólo para entender el estilo del Monarca, sino buscar las aplicaciones correspondientes en el ámbito del protocolo en general y del ceremonial universitario en particular.

La Presidencia

La cuestión quizá más compleja (dentro de las decisiones estrictamente protocolarias) correspondió a la composición de la mesa de la presidencia del Paraninfo salmantino. Con los Reyes en el centro, a derecha e izquierda de los mismos se situaron los rectores de las universidades de Salamanca y Autónoma de México, respectivamente. Cerraban los extremos de esta mesa de seis, el Rector de la Universidad de Buenos Aires (lado derecho de la mesa) y el Decano de la Facultad de Filología, quien promovía esta distinción (extremo izquierdo de la mesa).

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Mesa de la presidencia del acto (de izquierda a derecha): Rector de la Universidad de Buenos Aires, Rector de la Universidad de Salamanca, Reyes de España y Rector de la Universidad Autónoma de México. Quieda fuera de la imagen el decano de la Facultad de Filología que fue ubicado a la derecha de la mesa desde la visión del lector.

Pueden imaginarse los expertos que no debió resultar fácil componer una presidencia de seis personas sin que alguna de ellas fuera autoridad no universitaria (a excepción del Rey y su esposa, que ocupan este lugar por la costumbre, plenamente respetada desde siempre, de presidir los actos universitarios, ya estén togados o no). Tan acostumbrados nos tienen (desgraciadamente) a la tiranía de muchas comunidades autónomas y del propio Ministerio Educación, Cultura y Deportes de imponer la presencia en esta zona de honor a sus presidentes regionales o/y al propio Ministro cuando asiste, que al ver el resultado final de Salamanca uno se queda gratamente sorprendido. ¡Por fin una mesa con cabeza y sentido! ¡Una mesa estrictamente académica para un evento universitario de máxima solemnidad! Debería servir de ejemplo a las autoridades centrales, y regionales, y de fortaleza para las propias universidades que hasta ahora han visto vulneradas (no todas, pero sí la mayoría) su histórico fuero de autonomía y su propia costumbre.

Despolitizada totalmente la mesa presidencia, las autoridades institucionales se situaron de acuerdo al Real Decreto 2099/83 sobre ordenación de precedencias en el Estado, en una fila lateral, a la derecha de la mesa, siguiendo este orden:

1.- Presidente de la Comunidad de Castilla y León.

2.- Ministro de Educación, Cultura y Deportes.

3.- Embajadora de México en España.

4.- Delegada del Gobierno en Castilla y León.

5.- Alcalde de Salamanca.

6.- Vicedirector de la Real Academia Española.

Por detrás de ellos el resto de autoridades y personalidades. Frente a ellos vicerrectores y otros cargos universitarios, reservando cuatro sillones de la primera fila para los nuevos doctores junto a sus padrinos correspondientes.

Ha sido un acierto esta ordenación defendida por los responsables de protocolo tanto de la Casa de S.M. como de la Universidad de Salamanca, por cuanto que garantiza la esencia del carácter estrictamente universitario del evento y refuerza el mensaje del por qué de la concesión: la contribución realizada por ambos doctores hacia el SIELE (que integran el Instituto Cervantes y las universidades de Salamanca, Autónoma de México y Buenos Aires). Justifica esto la presencia de los rectores de estas instituciones en la misma (el de Salamanca además por ser el anfitrión). El Instituto Cervantes quedaba representado por su director, uno de los dos homenajeados y que de acuerdo a la costumbre universitaria, no puede ir en la mesa de la presidencia, sino a un lado de la misma, junto a su padrino). El cierre de mesa por el decano se nos antoja perfecto, pues con independencia de que esa sea la costumbre en esta institución, es necesario resaltar visualmente el área de conocimiento que se está premiando y la Facultad que propuso la concesión (Filología). De cualquier forma la Casa de S.M. siempre actúa en estos casos de acuerdo a la normativa propia de cada universidad y su tradición.

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A la derecha de la Presidencia las autoridades por su orden normativo. A la izquierda la comunidad universitaria togada, con los dos doctores honoris causa junto a sus padrinos correspondientes.

De esta forma quedaba el paraninfo, de acuerdo a la costumbre universitaria, dividida en dos espacios: uno reservado para los invitados externos de la universidad o no togados en cualquier caso, y el otro para la comunidad universitaria, comenzando por los doctores revestidos.

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Panorámica general del Paraninfo.

Las banderas oficiales

Las banderas se ordenaron de acuerdo al sistema simétrico con distintas enseñas, tal y como lo defino en mi libro “Protocolo para Eventos”. Se trata de un sistema que agrupa en dos zonas vexilos diferentes y que se ordenen como si todos ellos estuvieran juntos. En consecuencia, quedan en el centro (en este caso las primeras más próximas a la presidencia) las banderas de España (derecha) y México (izquierda) y en los puestos tres y cuatro, respectivamente, los de la Comunidad de Castilla y León y la ciudad de Salamanca. Viendo las características del Paraninfo creo que se ha optado por la mejor opción de las posibles. Juntar las tres españolas por una parte y dejar la México sola en la otra sería resaltar más a un país, cuando son dos los países de los distinguidos (España y México). Poner las cuatro juntas a un lado hubiera descompensado la puesta en escena y en el centro no es posible por razones obvias, tal y como puede apreciarse en la imagen anterior.

¿Debía ir revestido el Rey de doctor?

¿Debían ir revestidos los Reyes de doctores en esta mesa académica en un acto solemne universitario? Esta pregunta me la han trasladado numerosas personas cuando vieron imágenes del acto. Incluso se cuestionaban si al menos el Jefe del Estado debiera de haberlo hecho. La respuesta es bien sencilla: ni el Rey ni la Reina son doctores, en consecuencia no pueden hacerlo. No hay excepción a la norma salvo que la universidad en cuestión lo tenga regulado por normativa o costumbre (en España no se da la circunstancia, pero en algunas universidades extranjeras sí).

Sobreviene entonces la segunda pregunta: ¿Cómo es posible que el Rey de España aún no sea doctor, al menos honoris causa, por alguna universidad? No lo es aún, pero no creo que se demore mucho. Es de suponer que ya diferentes universidades nacionales y extranjeras hayan trasladado a la Casa de S.M. su interés en hacerlo, pero en la decisión de aceptar o no viene otra cuestión delicada: ¿cuál debe ser la primera, porque al final es la referente? No hay que olvidar un factor esencial: Felipe VI es el primer monarca de la historia de España que es licenciado universitario (cursó Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, complementándolo con algunas asignaturas de Ciencias Económicas y Empresariales). Es de suponer que el Rey considere que la primera o primeras sean aquellas que constituyen su “Alma Mater”, es decir, las dos en las que cursó sus estudios universitarios: Autónoma de Madrid, en la que se licenció tras cinco años de estudios en junio de 1993, y en la Edmund Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown (Washington D.C.) donde cursó el Máster en Relaciones Internacionales, del que se graduó tras dos años de estudio en 1995. En consecuencia, todo parece indicar que el Rey, en su momento, podría optar por acceder a su primer doctor Honoris Causa a través de la institución que le hizo universitario y licenciado: la Autónoma de Madrid. Será a partir de entonces cuando el Monarca acuda a los actos solemnes universitarios que lo requiera con la etiqueta de doctor. Suponemos que lo mismo hará la Reina, cuando se considere oportuno.

La Foto de Familia

El acto en el Paraninfo respondió plenamente al ceremonial propio de un acto universitario para la concesión del título de doctor Honoris Causa, con la entrega de todos los atributos correspondientes, acceso en comitiva, música solemne, discursos, etc.. Obviamente, los Reyes a su llegada a la Universidad fueron recibidos a pie de coche por las autoridades de acuerdo a su orden (ver video) y tras las mismas, a la puerta de recinto de estudios, por el Rector (que le hizo entrega del bastón de mando). Posteriormente saludó al resto del equipo rectoral y a los dos homenajeados junto al Presidente del Consejo Social de esta Universidad.

Saludo

Tras ser recibido por el rector, los Reyes  saludaron a los dos homenajeados, acompañados por el Presidente del Consejo Social de la Universidad de Salamanca.

Se hizo una Foto de Familia (como llamamos técnicamente al pose preparado para los medios de comunicación), que puede observarse en esta imagen:

Foto Familia

Foto de Familia tras el acto. La Embajadora de México aparece a la derecha de laimagen en la segunda fila. Haberla pasado a la primera fila nos parece más idóneo. Que cada uno reflexione si no es más idóneo y obligado colocar a los doctores honoris causa junto a los Reyes.

Nada que objetar al protocolo señalado, salvo que personalmente hubiera pasado al Ministro a la segunda fila, o si pareciera duro esta circunstancia, hubiera añadido a la Embajadora de México (colocada en la segunda fila), situándola en el extremo izquierdo (visto desde la posición del Rey, o de frente desde la visión del lector). De esta manera los gobiernos de España y México hubieran quedado plenamente representados en esta primeras fila.

Soy defensor de la cortesía en actos de este tipo, y considero que hubiera quedado más elegante que los dos nuevos doctores honoris causa de la Universidad de Salamanca hubieran posado junto a los Reyes. Puede resultar difícil de encajar que un distinguido desplace al que le distingue, y, encima, en su casa, pero es cuestión de empezar a interpretar el protocolo con otro aire: ¿por qué están los Reyes en este acto en la Universidad de Salamanca? La respuesta a la cuestión obliga a la modificación protocolaria. Puede costar porque es posible que genere recelos, o incomodidades, pero hemos de ir hacia un estilo en esa dirección y para aplicar en todo tipo de actos. Las autoridades deben acostumbrarse a que su preeminencia, si las circunstancias lo aconsejan, se vea relegada. Cuando el sentido común te lo diga. Me imagino que en la ingeniería protocolaria desplegada para este acto, ha aconsejado aflojar en el protocolo de la foto. Lo importante ya estaba salvado.

(Video resumen del acto: https://www.youtube.com/watch?v=xp4vGl–3Ak)

(Otro video: http://www.lagacetadesalamanca.es/salamanca/2016/04/05/universidad-rinde-homenaje-espanol-reyes/171264.html)