Foto de familia en la Cumbre de París: “Buscando a Wally”

Familia yotalLa foto necesaria global de los princjpales líderes de todo el mundo presentes en París. Cielo contaminado. SDuelo negro. Entre esos mundos, casi dos centenares de mandatarios cuyas caras apenas se reconocen y que tienen la obligación de hacer un cielo respirable y un suelo habitable.

No es fácil resolver una foto de familia como decimos en el argot protocolario cuando concurren cientos de mandatarios a una cumbre mundial. Lo hemos podido apreciar en la Cumbre del Cambio Climático que se celebra estos días en París. Una conferencia a la que asisten prácticamente todos los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien promueve este encuentro. Hace unos días se iniciaba oficialmente el plenario con la asistencia de un alto número de primeros “espadas” de los países y que como es habitual concurrían juntos para posar ante los medios de comunicación.

Viendo las imágenes que nos dejan los medios de comunicación, uno se puede hacer a la idea de la complejidad de buscar soluciones a algo muy difícil y que sus buenos quebraderos de cabeza habrá dado a los responsables organizativos. Pero lo cierto es que viendo las imágenes uno se queda inevitablemente con la frase de “buscando a Wally”. Más de 180 líderes mundiales, juntos en tres filas escalonadas, permite trasmitir al mundo la potencialidad del encuentro (no es fácil una foto tan potente, ni hay que prescindir de ella porque es fundamental), pero por otro lado se pierde mucha fuerza porque en el global resulta imposible identificar alcanzar esa potencialidad, objetivo fundamental de la misma.

Los medios se han visto obligados a sectorizar la puesta en escena total para poner “caras” a la foto y han recurrido a los primeros planos, perdiéndose la visión global pretendida. La imagen que mayor repercusión ha tenido es la de los líderes situados en la parte central (apenas unos 25), ese pedazo en el que se encontraban los anfitriones, el Secretario general de Naciones Unidas y el Presidente francés. Y alrededor de ellos, en alternancia, por el orden de precedencias interno, el resto de líderes, agrupados por países, en estricta precedencia por el orden de inscripción a laCumbre (mismo sistema seguido para fijar los discursos de los líderes).

Familia 2Parte central del Photocall, presidido por el Secretario General de la ONU y el Presidente francés.

Por lógica, la anchura del espacio reservado hace que sea más relevante ocupar la tercera fila en la parte central, que la primera fila si se toca seis puestos más allá de quienes la presiden. Lo cierto es que el protocolo de Naciones Unidas es el más justo de todos, porque se basa en la igualdad jurídica de todos los estados miembros, cuestión que hace irrelevante qué país es más rico, más pobre, más poderoso o más influyente. Ni tampoco que tengas mejor tratamiento porque el hecho de que esté representado por una personalidad de mayor relevancia política. Sencillamente, donde te toque bien por sorteo en la Asamblea General o por el criterio establecido para esta cumbre. No se da preferencia por rangos personales, sino por delegaciones. Por eso no es de extrañar que el Príncipe de Gales esté en esa tercera fila junto al primer ministro británico.

Familia 3Cada líder buscando su sitio. No es fácil encongrarlo. Su tiempo llevó.

Alternativa compleja

Insistimos que la alternativa es compleja, pero quizá habría que empezar a estudiar más la cuestión en beneficio de una mayor eficacia, pues los medios de cada país se ven obligados a buscar a los suyos, renunciando a la globalidad. Y al margen de las personas, como conjunto escénico, algo casi peor: toma más protagonismo el techo y el suelo, quedando los líderes perdidas entre ambos mundos (el “cielo” y la “tierra”) resultando una imagen nada afortunada, aunque al menos puede deducirse que ese blanco brumoso nos lleva a pensar en la “boina” contaminada, y el suelo negro las consecuencia de la misma. ¿Casual?

En cualquier caso, por eso de mojarnos, considero que tres filas son escasas, porque obliga a una anchura de foto que hace inviable el objetivo pretendido. Si quieres la imagen global debes distanciar el objetivo de la cámara tantos metros que entonces obligas al duro ejercicio de “buscar a un imposible Wally”. Y si le acercas te cargas la imagen de internacionalidad. Es necesario estrechar lo máximo que se pueda el conjunto escénico, lo que obliga a escalonar aún más la grada reservada. Pero sigue resultando un ejercicio complejo.

Algunos podrían pensar en prescindir de este posado oficial, pero entendemos que su finalidad es buena. Lo que hay que hacer es encontrar alternativas.

El Photocall de París, por otra parte, tampoco se puede decir que haya sido un acierto en relación a su estética. Basta con ver las imágenes para darse cuenta de ello. Una trasera que hubiera exigido un mejor diseño, con grafismos más comunicacionales y atractivos, más esperanzadores, a sabiendas que en estos encuentros diplomáticos las frases, logos y reclamos hay que medirlos mucho para evitar posibles tensiones diplomáticas. Es cierto que la imagen corporativa de la Cumbre, con esa superposición de hojas que nos recuerda más al logo de Iberdrola que a una cumbre de estas características, apenas tiene fuerza alguna, quedándose casi en una lágrima desvaída. Es cierto que a sabiendas de los efectos tan devastadores que están teniendo las emisiones contaminantes, el panorama invita más a llorar que a la esperanza.

Insisto en la dificultad de encontrar alternativas, pero estas imágenes no nos pueden dejar indiferentes a los técnicos que nos encargamos de estas cuestiones, y que debemos repensar la escenografía en condiciones tan adversas como estas. Pero si se pretendía poner caras a la globalidad de la Cumbre, nos hemos quedado con las ganas. Lo peor, es que esta imagen mata el espíritu de la ONU: la igualdad protocolaria. No es lo mismo estar en el puesto 33 de la primera fila, que en el 4, que en el 83 de la segunda fila, que en el 144 de la tercera. El equilibrio del protocolo medido de la ONU queda tocado. Hay que repensar. No es posar por posar. La foto de familia tiene un peso muy alto en el conjunto del protocolo de un gran evento internacional como es este.

AsambleaImagen de la Asamblea de la Cumbre durante a intervención del presidente de Estados Unidos, conla bandera de Naciones Unidas tomando precedencias sobre la anfitriona francesa. No hay que olvidar que este acto está promovido por la ONU. No es fácil ver en Francia la bandera gala sin su tradicional acompañante europea, pero es obvio qe en esta cumbre la Europea junto a la francesa no podía estar. El encuentro es mundial, no es un cosa europa.